El rapero mallorquín José Miguel Arenas, más conocido como Valtonyc,Valtonyc deberá entrar en prisión en un plazo de diez días. Así lo ha decidido la sección de ejecuciones de la Audiencia Nacional al haber transcurrido el mes que le dio de plazo para conseguir que el Tribunal Constitucional suspendiera su condena, en espera de que se resolviera su recurso de amparo. El Supremo ratificó en febrero la condena al artista mallorquín a tres años y medio de prisión por los delitos de injurias a la corona, enaltecimiento del terrorismo y humillación de las víctimas y amenazas de muerte a Jorge Campos, dirigente del Círculo Balear. Todos estos delitos los cometió a través de las letras de sus canciones, que colgaba en internet.

El Constitucional comunicó el pasado viernes que no admitía a trámite la demanda de amparo del músico, que había alegado vulneración de sus derechos fundamentales a la libertad de expresión, la creación artística y la participación política.

José Miguel Arenas, defendido por José Manuel Olarieta, presentó el pasado mes de abril ante el Tribunal Constitucional un recurso de amparo alegando que en las dos sentencias contra él (la de la Audiencia Nacional y la del Tribunal Supremo) se han vulnerado su libertad de expresión y otros derechos fundamentales. El joven pidió al Constitucional que dejara en suspenso su entrada en prisión en tanto no se pronunciara sobre su demanda de amparo. Ante esta situación, la Audiencia Nacional le dio un mes de plazo para acreditar la suspensión de condena por parte del TC.

La sala segunda del Tribunal Supremo condenó a tres años y medio de cárcel a Valtònyc, por los delitos de enaltecimiento del terrorismo, injurias al rey Juan Carlos I y a la Familia Real y amenazas al líder del Círculo Balear Jorge Campos.

Valtonyc recurrió ante el Tribunal Supremo una sentencia anterior de la Audiencia Nacional, que le impuso la misma condena. El joven argumentó que las letras de sus canciones no eran ofensivas, ni violentas y que estaban amparadas en su derecho a la libertad de expresión.

Las esperanzas del músico mallorquín pasan porque el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, al que piensa recurrir, le dé amparo y anule sus condenas.