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Salom hace política, Armengol de verbena

OpiniónPor Matías VallésMientras a Maria Salom le parten la cara en la calle por dedicarse a hacer política, Francina Armengol frivoliza en un guateque con la folklórica Fundación Impulsa...

Salom hace política, Armengol de verbena

Mientras a Maria Salom le parten la cara en la calle por dedicarse a hacer política, Francina Armengol frivoliza en un guateque con la folklórica Fundación Impulsa, creada por José Ramón Bauzá y en la que no falta un solo cadáver del sector económico.

Salom no es la delegada del Gobierno del PP, sino la delegada del Gobierno contra el PP. Se ha catapultado desde un cargo anodino a primera autoridad de Balears, permitiéndose el lujo de nombrar candidato a Biel Company para la derrota electoral. El exconseller de Bauzá es la única esperanza de Armengol para revalidar su mandato, máxime ahora que la presidenta ha convertido su labor en una verbena continua. Pospone las decisiones a 2030, condena a Mallorca a un nuevo infierno estival, y prohíbe categórica el atraque de megacruceros inexistentes. Impulsada por esta deriva, confunde la ética con la corrupción. (En la variación local, mientras Antoni Noguera hace política, Miquel Ensenyat vive de verbena en verbena. Benéficas, por supuesto, para comer mejor).

Salom y Armengol defienden a los mismos patronos indeseables, así en Madrid como en Mallorca, lo cual no obsta para reconocer que la líder del PP balear le ha robado el protagonismo a la teórica número uno de la comunidad. La calle se levanta contra la delegada del Gobierno, al igual que sucede en Francia contra Macron y reforzando en ambos casos la cotización de los acosados.

Ser perseguida no garantiza estar en lo cierto. Salom se equivoca rotundamente en la satanización del catalánsatanización del catalán, y atina absolutamente al frenar el delirio de la carrera profesional. El Govern sabe que ese sobresueldo supone un gasto inasumible además de injustificado en la mayoría de casos, pero carece de coraje para oponerse. Encima, consigue estipendios que llegan a los mil euros mensuales a profesionales sanitarios que solo quieren cobrarlos en castellano.

Subir los sueldos privados al cero por ciento, las pensiones al uno por ciento y los salarios públicos en dobles dígitos requiere una explicación muy detallada. Sobre todo, el electorado premia la acción contra la pasividad amortajada, algo que Armengol debería haber aprendido del desastre electoral que se cierne sobre su antiguo enamorado Pedro Sánchez.

Parecía imposible que Salom sobrepujara a Armengol. Esta circunstancia asombrosa amortigua el regusto de que la delegada del peor Gobierno de todos los tiempos, según el sondeo del CIS, aprobara manifestaciones para encarcelar a un juez y un fiscal que se limitaban a cumplir con su misión. Ahora también la insultan a ella en pancartas por trabajar, una actividad siempre peligrosa en su querida España.

Salom introduce el 155 en Mallorca desde Pollença, como si el artículo fuera un pirata sarraceno. Armengol también tendrá difícil matizar que no quiere aquí la misma dictadura que su partido ha impuesto en Cataluña. Salvo que ya no milite en el PSOE, para regocijo de Sánchez.

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