Desde el primer nido de esta especie invasora detectado en Sóller en 2015 gracias al aviso de un apicultor, la avispa asiática se ha ido expandiendo a un ritmo de unos diez kilómetros anuales. Si la superficie que ocupaba en MallorcaMallorca en 2016 se estimó en 5.800 hectáreas, el año pasado se detectó su presencia en 40.700 hectáreas y este año se prevé que llegue a las 100.000. La distribución de los nidos detectados -9 en 2016 y 20 el año pasado- permite extraer estas conclusiones que están alarmando no solo a los apicultores sino también a los técnicos de Protección de Especies de la conselleria de Medio Ambiente.

Entre los primeros, Martí Mascaró, de la Asociación de Productores de Agricultura Ecológica de Mallorca (APAEMA), no oculta su pesimismo, visto el precedente de otras regiones del país (en la cornisa cantábrica) donde la expansión de la avispa asiática ha sido imparable. Este apicultor, que tiene apiarios distribuidos por toda la Serra de Tramuntana, es de la opinión que será muy difícil pararla pese a que alaba encarecidamente el trabajo de campo que están realizando los técnicos del Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Illes Balears (COFIB) retirando nidos. "Si se convierte en una plaga, abandonaré la apicultura", adelanta este profesional de la miel que tiene distribuidos colmenares en varias fincas públicas de la Serra.

Desde Medio Ambiente, revela, les han aconsejado que pongan trampas en sus apiarios para poder detectar la presencia de la avispa. La confección de estas trampas ya les suponen el primer quebranto económico ya que dos botellas del producto usado para atraerlas les cuestan 25 euros. "Y con dos botellas tengo para una semana porque hay que reponer el líquido", lamenta.

Pese a que las avispas autóctonas también atacan a las abejas, estas saben como defenderse de ellas, circunstancia que no ocurre con la llegada de Asia, de mayor tamaño y desconocida para las melíferas mallorquinas. Este apicultor no solo está preocupado por sus abejas, insectos a los que ha tomado cariño y se declara dispuesto a defender, sino porque la especie invasora, en caso de convertirse en plaga, arrasará con otros cultivos y con otros insectos.

Pau Queralt, otro apicultor perteneciente a APAEMA, no percibe tanto riesgo en la avispa asiática, "si se controla su expansión", matiza. No obstante, considera que es fácil que vuelva a entrar en Mallorca "hibernando dentro que cualquier olivo", alerta. Ha detectado la presencia del insecto en Alaró y ya lo ha puesto en conocimiento del COFIB, que está indagando si ya se ha instalado también en este municipio o procede de algún otro punto cercano.

"El positivo de Alaró está por confirmar", sostiene Víctor Colomar, veterinario del COFIB que coordina el equipo de control de la fauna invasora.

Este técnico es más optimista ya que, revela, la tasa de crecimiento de la avispa asiática en la península está siguiendo la siguiente progresión: 1 nido detectado el primer año, 9 el segundo, 57 el tercero y 500 el cuarto. "Aquí, en el tercero hemos detectado 20 nidos, pero realizando una búsqueda activa de los mismos que no se está haciendo en la península. Creo que estamos mejor ya que si registráramos su misma progresión, este año hallaríamos 500 nidos y la tendríamos distribuida por toda Mallorca. Nuestra ventaja es que somos una isla y estamos por tanto protegidos de entradas masivas", diferencia.

Explica Colomar cómo realizan su trabajo de campo: "Colocamos trampas con un líquido dulce que atrae a las obreras. Cuando capturamos una, sabemos que hay un nido cerca. Entonces colocamos cebos de pescado con proteína de calidad que atrae a más obreras, que se acercan para arrancar trozos con los que alimentar a sus crías en los nidos. Nosotros las seguimos con prismáticos hasta detectar dónde se encuentra el nido. Una vez localizado, los retiramos durante la noche. ¿Por qué de noche? Porque están todas dentro y su agresividad es menor que durante el día. Metemos el nido en un saco y se lo llevamos a Mar Leza (la bióloga universitaria especializada en esta especie), que lo congela y lo estudia".

La muerte por congelación no es especialmente dolorosa ya que la avispa, que hiberna, percibe el descenso de temperatura y se aletarga hasta su congelación, tranquiliza a los animalistas contrarios a todo maltrato.

Hasta ahora la mayoría de los nidos los han encontrado en copas de árboles, aunque en alguna ocasión los han hallado también en cornisas de acantilados junto al mar, pero todavía no en núcleos de población, interactuando con las personas como ya ocurre en Galicia donde la expansión de la avispa es irrefrenable.

Recuerda con humor el primer nido retirado en Sóller en 2015, cuando el desconocimiento de la especie en las islas era absoluto. "Nadie sabía cómo trabajar con ellas y, como precaución, nos pusimos un traje de neopreno de buzo debajo del de apicultor. Ahora trabajamos con trajes especiales para avispas. Aunque no se trata de una especie más agresiva con las avispas autóctonas, a todas les molesta que les toquen el nido y estas asiáticas tienen unos aguijones de 6 milímetros por lo que no recomiendo a nadie que se acerque a ellas con un traje de apicultor normal porque le atravesarán a picotazos", advierte el veterinario que confiesa que lo verdaderamente duro de su trabajo es encaramarse a un pino a 20 metros de altura con un traje de un centímetro de espesor en pleno verano para retirar un nido que puede llegar a pesar hasta 6 kilos.

Mientras en otras comunidades autónomas al cuarto año de la detección de la presencia de este insecto invasor ya se han rendido, ven imposible parar su progresiva implantación, Colomar se muestra optimista con Mallorca, única isla del archipiélago en la que hay constancia de su presencia. "Tenemos a dos técnicos dedicados con exclusividad a la avispa asiática que se ven reforzados por otros cinco cuando vamos a retirar un nido. Además, contamos con el apoyo de la UIB, que nos asesora sobre cómo actuar", revela sus recursos.

Y es que la avispa asiática entraña un gran peligro potencial. No solo por comerse a las abejas y poner en peligro la producción de miel, sino también por evitar su función polinizadora.Y no solo la suya, sino también la del resto de insectos a los que también depreda. "No solo provocará una falta de fructificación de los árboles sino que los pocos frutos que crezcan se los comerán porque los ejemplares adultos se alimentan de ellos", alerta Colomar.

Irene Garneria, técnica del servicio de Protección de Especies de la conselleria de Medio Ambiente, prevé que, antes de que concluya este año, habrán colocado más de un millar de trampas para atrapar avispas asiáticas. "Inicialmente ya hemos puesto unas trescientas, tantas como todas las del año pasado", compara. "Las ponemos de manera perimetral para intentar impedir que la especie invasora salga de la Serra. Mientras, nuestros técnicos trabajan en la zona caliente de su expansión, Sóller y Bunyola", explica.

Esta zona "caliente" la controlan Colomar y sus compañeros, que considera vital la colaboración ciudadana para avisar de presencias en otros puntos de la isla toda vez que, revela, "las reinas fundadoras de nidos pueden recorrer distancias de hasta 50 kilómetros. Estamos en el comienzo de una lucha. A ver quién resiste más", concluye. En este pulso es fundamental ayudar así que si usted cree haber visto una avispa asiática no dude en avisar o enviar una imagen a la web (vespapp.uib.es), vía Twitter (@vespapp), Facebook (facebook.com/vespapp) o llamando al teléfono del COFIB 971 784956.