Los sindicatos UGT y CCOO comunicaron el martes que las cerca de mil bandejas de carne que no se habían podido consumir durante la fiesta del Primero de Mayo, al suspenderse por la lluvia, se habían donado al Banco de Alimentos. Veinticuatro horas después, esta organización sin animo de lucro desmentía tajantemente haber recibido esa donación. Y los sindicatos tardaron unas pocas horas en averiguar su destino. Una parte apareció en la organización Zaqueo y en la asociación de la tercera edad de Can Capas, y todavía se está buscando el resto.

El jarro de agua fría para UGT y CCOO lo lanzó este jueves el responsable de comunicación del Banco de Alimentos de Mallorca, Xisco Cañellas, al “desmentir rotundamente que el Banco de Alimentos haya recibido esa donación. No ha entrado en nuestros almacenes ninguna partida de bandejas de carne provenientes de la organización de la fiesta del Primero de Mayo”.

Cañellas apuntó la posibilidad de que esos productos hubieran ido a parar a manos de alguna otra organización de reparto de alimentos que utiliza esa denominación de manera genérica sin tener derecho a ello.

Pero el problema es que los secretarios generales de UGT y CCOO en las islas, Alejandro Texías y José Luis García respectivamente, tampoco sabían con exactitud el destino final de ese cargamento.

Según estas organizaciones, de la citada fiesta no celebrada habían sobrado alrededor de un millar de bandejas de lomo, panceta, butifarrones y longaniza, que inicialmente se querían dar a Cruz Roja, pero al no aceptar ésta alimentos perecederos, se decidió entregarla al Banco de Alimentos. Se encargo a una persona que hiciera el traslado en una furgoneta de esos productos, que había sido financiada además de los sindicatos, por PSOE, Més, Podemos y Esquerra Unida.

Las primeras indagaciones realizadas este jueves permitieron localizar, al menos en parte, el destino de esa carne. Varias de esas bandejas habían sido entregadas a la organización Zaqueo, y otras a la asociación de la tercera edad de Can Capas. Y además Texías asumió el compromiso de averiguar donde se encontraba el resto.

Todo ello generó además algunas tensiones entre los sindicatos, dado que el anuncio de que la carne sobrante se iba a entregar al Banco de Alimentos había sido hecho por UGT sin consultar previamente esa comunicación al resto de organizaciones que la habían pagado.