Los jardines de Marivent han recibido 80.110 visitantes desde que abrieron sus puertas al público por primera vez el pasado 2 de mayo. A lo largo de este primer año de apertura el recinto se ha consolidado como un espacio cultural de referencia en Cala Major gracias al conjunto de doce esculturas de bronce de Joan Miró cedidas por su familia de forma permanente.

La apertura se realizó en cumplimiento de uno de los acuerdos de gobernabilidad firmado por PSOE, Més y Podemos. Durante las negociaciones con la Casa Real se fijó un calendario de apertura y el compromiso de mantener cerradas al público las puertas del complejo en Semana Santaerradas al público las puertas del complejo en Semana Santa y dos meses en verano (del 15 de julio al 15 de septiembre) para uso exclusivo de los miembros de la Familia Real.

El Govern instaló baños, bancos, papeleras, un acceso para personas con movilidad reducida y colocó diferentes señales en los 9.155 metros cuadrados del recinto para informar sobre el valor natural de determinadas especies de plantas y sobre la obra de Miró. Todo el proyecto se adjudicó por 217.000 euros, 77.000 menos que el precio de licitación.

La apertura también obligó a contratar a dos personas encargadas de la seguridad y una tercera dedicada a tareas de limpieza con un coste de 123.000 euros anuales.

La conselleria de Presidencia ha asumido estos gastos extraordinarios derivados de la apertura de los jardines. Sin embargo, no han aumentado la factura que el Govern

"Hemos ahorrado 355.000 euros con respecto a 2015 gracias a la racionalización del gasto corriente de las instalaciones", aseguran desde el departamento de Presidencia que dirige Pilar Costa. "En los Presupuestos de la Comunidad para 2018 el Govern destina a Marivent una cuarta parte menos de lo que destinaba la pasada legislatura: 1,4 millones de euros, prácticamente 350.000 euros menos que en las cuentas de 2015", añaden estas mismas fuentes.

Algunos de los ciudadanos que visitaron el recinto durante los primeros días de apertura expresaron su decepción porque, consideraron, la superficie abierta al público era demasiado reducida y alejada del palacio, residencia veraniega de la Familia Real. El Govern descarta por ahora plantear una ampliación del recinto y valora "muy positivamente" el balance de este primer año.