Un tribunal de Palma ha reconocido el daño moral que ha sufrido una pareja, residente en Consell, que se ha quedado sin una sola imagen del momento en el que contrajo matrimonio, debido a que el fotógrafo que fue contratado para que tomara imágenes de la ceremonia se le rompió la tarjeta de memoria de la cámara. Este daño moral ha sido cuantificado y cada uno de los novios recibirá la cifra de 1.350 euros por el daño moral. Además, también se tendrá que indemnizar a la hermana del novio, que fue quien eligió y pago al profesional que tenía que realizar el reportaje fotográfico de la boda y que era el regalo que quería realizarle a su familiar. Esta mujer, por el daño moral que también ha sufrido, será indemnizada con 300 euros.

Quien tendrá que asumir el pago de esta indemnización es el fotógrafo que fue contratado para realizar el reportaje de la ceremonia. En realidad, este profesional no pudo realizar el encargo y, con la aprobación de la pareja, lo encargó a un compañero. El problema fue que la tarjeta de memoria de la cámara de fotos se estropeó y no se pudo recuperar una sola imagen, de tal forma que la pareja no tuvo un solo recuerdo gráfico de esta ceremonia. Esta sentencia de la Audiencia de Palma se ha dictado casi cuatro años después de la celebración del enlace. La pareja contrajo matrimonio civil en la localidad de Consell en el mes de septiembre de 2014. Mucho antes de esta fecha se contrató a un profesional de la fotografía para que realizara un reportaje de la boda. El precio del reportaje, que consistía en 30 fotografías, tanto de la ceremonia como de la fiesta posterior, era de 850 euros.

Pocos días antes de la boda el fotógrafo tuvo un problema familiar. Su padre estaba ingresado y no podría realizar el trabajo que le encargaron. Como solución, planteó a los novios la posibilidad de que el reportaje lo realizara un compañero, propuesta que aceptaron. La boda se celebró con total normalidad. Acudieron más de 80 invitados y el fotógrafo fue tomando imágenes de los momentos que consideró más interesantes. En ese momento el profesional de la fotografía no sabía que la tarjeta de memoria estaba estropeada.

Al intentar analizar las imágenes, el fotógrafo descubrió el problema técnico de la tarjeta. Se acudió a una entidad especialista en recuperación de archivos para intentar salvar las fotos, pero no sirvió de nada.

El matrimonio decidió demandar al fotógrafo y reclamarle una indemnización económica porque no tenía ningún recuerdo gráfico del día de la boda. El demandado se opuso a la indemnización y, entre otros argumentos, insistió en su buena voluntad para arreglar el problema, como repetir de nuevo el reportaje.