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Salud

Los nuevos medidores de diabetes podrían entregarse ya este verano

Unos mil diabéticos de las islas se beneficiarán de estos aparatos con los que mejorarán el control de su enfermedad y prevendrán futuras complicaciones

Estos monitores permiten realizar tantas mediciones de la glucosa como se desee sin tener que pincharse. FreeStyle Libre

Los nuevos medidores de glucosa que evitan los molestos pinchazos en los dedos y que, adecuadamente usados, permitirán mejorar el control de esta enfermedad metabólica y prevenir futuras complicaciones, estarán a disposición de un millar de diabéticos de esta comunidad este mismo verano, según han adelantado a este diario fuentes conocedoras del proceso administrativo para dar esta nueva prestación a los usuarios de la sanidad pública de las islas.

A diferencia de los medidores tradicionales de glucosa, en los que para conocer su nivel de azúcar en sangre el paciente ha de pincharse la yema de un dedo e impregnar con su sangre una tira reactiva que se introduce en el monitor, con los nuevos aparatos de monitorización flash de glucosa basta con pasar el medidor sobre un sensor colocado en el antebrazo para saber no solo cómo está la glucosa en ese momento, sino también su tendencia, esto es, si el nivel de azúcar subirá o bajará en las próximas horas.

Todo el procedimiento para la licitación de esta nueva prestación se habría simplificado habida cuenta de que hoy en día en el mercado solo existe una marca de estos medidores, los freestyle libre comercializados por la farmacéutica Abbott. Y el Servei de Salut estaría negociando una rebaja del precio de estos sistemas de medición.

En una farmacia se puede adquirir el monitor por 60 euros pero el verdadero negocio de este sistema se encuentra en los sensores que se colocan en el brazo y sin los cuales no hay medición de la glucosa. Un sensor cuesta otros 60 euros y tienen una validez para 15 días, por lo que cada uno de los pacientes necesitaría dos sensores al mes con un coste de mercado de 120 euros.

Fuentes conocedoras de estos procesos administrativos, teniendo en cuenta cómo han solucionado su financiación en otras comunidades autónomas que ya ofrecen a sus diabéticos estos medidores, aventuran que se podría conseguir el monitor gratis y conseguir además una rebaja de los sensores necesarios para que funcione. En el País Vasco, una de las 4 CC AA del país que ya los ofrece en su cartera de servicios junto a la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Cantabria, habrían conseguido que Abbott suministrase los monitores de forma gratuita y ofreciese un descuento en los sensores de manera que en lugar de pagar 60 euros se suministraran a Osakidetza (Servicio Vasco de Salud) por 50.

1.200 euros anuales

De esta manera, el coste por paciente ascendería a unos 100 euros mensuales, 1.200 anuales. Un gasto que extrapolado a todo el colectivo de pacientes diabéticos que podrían mejorar el control de su enfermedad con ellos -los citados mil diabéticosmil diabéticos que determinó un informe elaborado a instancias del Servei de salut por dos endocrinólogas de Son Espases- arrojaría la nada desdeñable cantidad de 1,2 millones de euros anuales.

No obstante, los profesionales consultados no dudan en señalar que este gasto sería tremendamente eficiente no solo porque posibilitará un mejor control de la enfermedad que evite costosas e indeseables complicaciones de la misma -ceguera, amputaciones de miembros, insuficiencias renales, episodios cardiovasculares...-, sino porque también ahorraría el coste de las tiras reactivas con las hoy en día se realizan sus controles.

Como se recordará, el perfil de los enfermos a los que se suministrará estos medidores son aquellos con diabetes de tipo I (esto es, áquellos que precisan inyectarse insulina porque su páncreas no la genera de forma natural) con hipoglucemias (peligrosas bajadas del nivel de azúcar en sangre) recuentes o de repetición y que se tengan que realizar entre seis y diez controles diarios para tener controlada su enfermedad.

Los especialistas en el tratamiento de la diabetes se habrían comprometido a enseñar el manejo de los nuevos medidores a los pacientes que los recibieran así como a garantizar que hacen un uso adecuado de los mismos y consiguen unos mejores controles de su enfermedad que mejoren su calidad de vida y prevengan la aparición de futuras complicaciones. "Permitirán un mejor control de la diabetes y un mejor conocimiento de su enfermedad por parte del paciente. Pero, eso sí, todos los beneficiarios tendrán que usarlo al menos una vez cada ocho horas para que quede registrada la evolución de su glucosa durante las 24 horas del día", advierte una especialista.

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