Tolo Cursach ha desconectado esta mañana de sus muchos problemas judiciales presenciando en Son Malferit la agónica victoria del Atlético Baleares, club del que fue máximo accionista entre 2011 y 2014 y al que llevó a las puertas del ascenso después de confeccionar una plantilla de quilates para Segunda B.

El magnate de la noche, en libertad bajo fianza desde que el pasado 18 de abril consiguiera reunir un millón de euros en cuestión de horas, solo se ha dejado ver desde entonces en los juzgados, a donde tiene que presentarse cada quince días, y en Son Malferit.

Cursach, un balearico que en 2002 se hizo con la propiedad del Real Mallorca, ha compartido con el público blanquiazul la alegría por un triunfo que acerca al Baleares a la permanencia.