La Inspección de Consumo, y en este caso se va a hacer especial hincapié en la vigilancia sobre supermercados de playa con el fin de detectar la presencia de productos caducados o con fecha de consumo preferente superada, en muchos casos por la comercialización de partidas sobrantes de temporadas turísticas anteriores.

El director general de Consumo, Francesc Dalmau, apunta que la planificación marcada para junio y julio fija la inspección de alrededor de un centenar de establecimientos comerciales (supermercados en gran parte) de las zonas turísticas, para detectar la venta de alimentos sobrantes de otros veranos y que han superado las fechas límite para su comercialización.

Ante estos casos, se exige al comerciante que destruya estos productos en presencia de los inspectores, y en el caso de negarse son inmovilizados. Se da al responsable de la tienda la posibilidad de mostrar la factura para comprobar su fecha y determinar si el problema ha radicado en que ha sido el distribuidor el que le ha vendido material antiguo, para así poder actual también sobre este último.

En estas visitas se comprueba también que los productos que se ofrecen han sido etiquetados correctamente en una de las dos lenguas oficiales de las islas (castellano y catalán), dado que no es excepcional el que se encuentren envases en los que solo se ha empleado el inglés o el alemán.

Esta vigilancia puede ser mas intensa este año debido a que el equipo de inspectores estuvo volcado durante el pasado ejercicio en hacer un peinado exhaustivo sobre el sector de los coches de alquiler para la concesión de la identificación de buenas prácticas, a la que se han adherido muchas de las empresas del sector.

Sin embargo, y aunque sea con menor intensidad, Dalmau señala que este verano se van a mantener las inspecciones sobre los rent a car, y muy especialmente de las páginas web en las que se ofrecen estos servicios.

Controles sobre juguetes

Otra campaña que se va a desarrollar durante los próximos meses es la de la vigilancia sobre juguetes y materiales para niños, con especial incidencia en aquellos que son más típicos del verano, como flotadores, y que se comercializan en las zonas turísticas.

También está previsto llevar a cabo un barrido de las páginas web en las que se comercializaran billetes de compañías aéreas, con el fin de detectar posibles recargos irregulares en el precio. Un ejemplo puede ser la aplicación de sobrecostes por el simple hecho de pagar con tarjeta de crédito, una práctica que es ilegal, según subraya Dalmau.