"Balears es, sin ninguna duda, la comunidad autónoma líder en la regulación pesquera de la langosta con leyes específicas que determinan que la veda comienza el 1 de septiembre y se prolonga hasta el 31 marzo y que permiten pescarla desde el 1 de abril hasta el 31de agosto", asienta David Díaz, biólogo marino del Centro Oceanográfico de Balears (COB) dedicado al estudio de este crustáceo desde hace más de 15 años.

En el COB trabaja en proyectos para estudiar las poblaciones de langosta en el Mediterráneo y obtener información sobre cuántas se pescan, sus tallas y otros aspectos que permitan legislar mejor en pro de la supervivencia de la especie y de una mejor gestión del recurso pesquero.

"Nos movemos por todo el Mediterráneo, desde las Islas Columbretes, que son nuestra laboratorio particular, pasando por las costas de Cataluña y por el Canal de Menorca, la pesquería de esta especie más importante de las islas, desde el litoral menorquín hasta el mallorquín", acota antes de añadir que para el estudio de los ejemplares juveniles realizan muestreos mediante inmersiones por toda la isla: Cabrera, Dragonera, Formentor y FormentorCala Rajada

Que la langosta ya se apreciaba en la antigua Grecia ya lo dejó escrito Aristóteles en su Historia de los Animales, obra en la que analizaba esta especie. Viveros naturales aprovechando los litorales rocosos del litoral griego también atestiguan que hace más de 2.500 años este crustáceo ya era considerado un manjar. "También aparece en grabados de la Edad Media, en mosaicos tunecinos y en Pompeya, donde se representaba a Neptuno con cuernos de langosta, lo que puede dar una idea de la importancia que ya entonces se le daba a este crustáceo", añade Díaz.

Con respecto a su biología, este investigador marino comienza diciendo que la época de reproducción de la especie es a mediados de verano, en los meses de julio y agosto. ¿Cómo lo hacen? Tras admitir que no hay mucha información sobre este momento íntimo, Díaz revela que "el macho se agarra con sus patas sobre la hembra y libera el esperma sobre el caparazón de su pareja. La hembra extrae los huevos por la base de sus patas y los arrastra hasta su caparazón para impregnarlos con el pegajoso semen del macho. Una vez fecundados, los acopla en su cola, donde pasarán más o menos cuatro meses madurando".

Por eso es habitual ver hembras con huevas en los meses de otoño e invierno. Una vez que los huevos han madurado, eclosionan y salen las larvas llamadas filosomas. Estas pasarán más de cinco meses a la deriva, movidas por las corrientes, dando vueltas por todo el Mediterráneo filosomas. "Todo depende de las condiciones meteorológicas, por lo que hay años que los ejemplares de Balears pueden llegar hasta las costas de Túnez mientras que otros, en los que hay menos temporales, se quedan más por aquí. Este año, por ejemplo, previsiblemente las larvas se habrán dispersado mucho por todo el Mediterráneo", estima Díaz.

Así que las langostas que se capturen aquí en el futuro pueden ser "forasteras", aunque más bien "forasteras de sí mismas" ya que, como precisa el especialista, "todas las larvas acaban mezclándose y son indistinguibles unas de otras porque genéticamente son iguales, se trata de la misma especie".

Una vez transcurridos estos cinco meses de travesía por el Mediterráneo, entre mayo y junio, estas ya pequeñas langostas que alcanzan una longitud total de unos 2,5 centímetros (8 milímetros de cabeza), se aposentan en un fondo marino propicio, esto es, con rocas y oquedades en la que puedan ocultarse y protegerse de sus depredadores.

Más cuidadas en Balears

"Tendrán que pasar unos cinco años para que estas pequeñas langostas alcancen la talla legal para poder pescarlas, que es cuando su cabeza alcanza una longitud de 90 milímetros. Su crecimiento es lento y por eso se trata de una especie que precisa muchos cuidados. En Balears, por todos los estudios y la normativa realizados sobre la especie, es el lugar del país donde mejor se encuentra este recurso pesquero", se ufana David Díaz.

El biólogo atribuye este mejor estado del recurso también a la presencia de menos barcos de arrastre, arte que produce mucho impacto sobre los hábitats submarinos en los que vive la langosta pese a que este crustáceo se pesca con redes de trasmallo que calan las barcas de pesca tradicionales. "En Balears, Córcega y Sicilia, junto al norte de África donde el menor desarrollo ha permitido un mejor estado de conservación de la especie, son los únicos puntos donde existe una pesquería activa de langosta", revela.

"A finales del siglo XIX (1890) en el norte de España se pescaban con redes pero como éstas había que subirlas a cubierta a mano, se optó por las nasas para capturarlas dada que era un arte más eficiente. No obstante, perdió eficacia con la sobrepesca de los años 60, momento en que se optó por volver a pescarlas con redes de tres mallas que dieron nombre al arte de trasmallo", ilustra el especialista que esquematiza las maneras de pescar langostas de esta forma: "Los griegos la cogían a mano, luego se usaron redes que fueron sustituidas por las nasas hasta que las escasas capturas por la sobrepesca obligaron a recurrir de nuevo a las redes".

"Calar un red de 600 metros de longitud te puede permitir pescar alguna langosta, pero está demostrado que los rendimientos son cada vez más bajos por lo que estamos trabajando en nuevos sistemas que garanticen una mayor supervivencia", revela.

Volviendo al ciclo biológico del crustáceo, una vez que con apenas dos centímetros y medio se aposentan en el fondo marino, estos ejemplares deben preocuparse fundamentalmente por sobrevivir sustrayéndose a sus depredadores.

"Para ello se refugian en las pequeñas oquedades de las rocas. Uno de sus refugios preferidos son los dátiles de mar vacíos por sus especiales características: estrecho en su entrada, lo que evita que sus depredadores, a excepción de los pulpos, puedan acceder, y un interior más amplio y cómodo". En referencia a sus depredadores, Díaz añade a la lista los cap roigs, los meros e incluso los serranos en estas edades tan tempranas.

Pese a que en el imaginario popular se piensa que las langostas migran caminando en hileras por los fondos marinos (gracias a unas impactantes imágenes que salieron en un documental de Jacques Costeau), las del Mediterráneo no lo hacen, desmiente David Díaz.

"No está documentado que hagan migraciones. Aunque sí hay movimientos en masa de poblaciones en años de fuertes temporales marinos. La explicación que se da a este fenómeno es que el impetuoso movimiento del mar les provoca una cierta inseguridad que les impulsa a buscar lugares más seguros. Y en estas ocasiones se suelen producir grandes capturas porque a las langostas solo las pescas cuando están en movimiento. Pero las migraciones como tales son exclusivas de las langostas del Caribe, no de las del Mediterráneo", diferencia.

Una vez que se aposenta en un fondo marino rocoso, su rango de movimiento es muy limitado, de apenas unos tres kilómetros, añade el biólogo marino, que aprovecha la ocasión para recomendar a los pescadores de langosta que no dejen caladas mucho tiempo sus redes de trasmallo para obtener más capturas ya que, asegura, está demostrado que calarlas menos tiempo resulta más rentable porque se pierden menos especies de interés comercial como pueden ser los cap roigs que, atrapados muchas horas antes, ya no se pueden comercializar. "Por ley está permitido dejar el arte calado hasta 48 horas pero es más rentable mantener la red en el mar menos horas", asegura el experto.

Ya para terminar hay que hablar de la alimentación de este crustáceo tan apreciado en los manteles por su intenso sabor a mar, lo que es de todo punto lógico ya que en su dieta se encuentran desde algas hasta bivalvos, caracolillos, erizos y estrellas de mar. Una auténtica dieta mediterránea para una especie que, aunque en ocasiones puede aprovecharse de un cadáver que encuentre en su camino, no es carroñera sino depredadora.