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"La construcción de más carreteras genera tráfico"

El 80% de los trabajadores del Parc Bit acude al recinto en su vehículo particular

Obras en el polémico segundo cinturón. manu mielniezuk

El Parc Bit, que se creó como polo de desarrollo tecnológico y con aires de diversificacion del modelo productivo, tampoco ha sido capaz de innovar en materia de transporte. Ocho de cada diez de los 3.000 trabajadores que a diario acuden a sus instalaciones lo hacen en coche particular, y sólo el 4% lo comparten. Los más convencidos van en metro hasta la UIB y llegan caminando o en bicicleta por una carretera sin aceras habilitadas. En verano el sol es difícil de aguantar y por eso los trabajadores pidieron duchas.

Al llegar al Parc Bit ya se percibe el desasosiego por aparcar. “La sensación es que el párking se podría ampliar hasta el infinito y aún seguiría faltando sitio para dejar el coche”, asegura la autora del informe de movilidad del Parc Bit 2017-2018, Francina Mas. A la distancia del metro se le suma que solamente existe una parada de la EMT al principio del recinto, lejos de muchos edificios.

Al igual que con el Parc Bit, la decisión de construir el campus de la UIB lejos de Palma todavía se paga en términos de movilidad. El 65% de las 15.000 personas que estudian o trabajan en la Universidad va hasta Son Lledó en coche. Los resultados son desalentadores en cuanto al uso del transporte público ya que éste ha disminuido un 4% respecto de 2012, situándose en un 32% y eso que existe parada de metro (13%) y conexión con la EMT (16,8%).

El año 2004, con Mabel Cabrer como consellera de Obras Públicas, se desdoblaba la carretera de Valldemossa. Fue el enésimo capítulo de la renuncia a la movilidad colectiva. La Universidad pedía a gritos la ampliación. Después llegaría Son Espases con su respectivo puente. Entre el hospital y la UIB se construyó una macro rotonda, de las más grandes de Balears, que debía recibir el empalme del Segundo Cinturón. La movilización vecinal en s'Indioteria y Son Sardina evitaron este tramo, el quinto, de la segunda circunvalación palmesana.

El Consell de Mallorca presupuestó para este año 70 millones para construir nuevas carreteras. Los tramos I y II del Segundo cinturón y la autopista Llucmajor - Campos serán los proyectos estrella de la institución que preside Miquel Ensenyat.

Pilar Vega, experta en movilidad sostenible, rechaza que la solución al colapso circulatorio pase por verter más asfalto. En concreto, califica de “mala noticia” la decisión de habilitar un segundo cinturón. “La construcción de más infraestructuras viarias de gran capacidad, lejos de solucionar los problemas de movilidad y accesibilidad, generan nuevos tráficos motorizados. Desconozco qué finalidad real tendrá la construcción de esta circunvalación. Puede ser colonizar nuevos suelos para la urbanización, adjudicar obra innecesaria para algunos constructores locales que ahora se encuentren con falta de trabajo...”, apunta Vega.

Esta experta apuesta por “rescatar” un plan de movilidad que diseñó el primer govern del Pacte hace más de diez años. “Mallorca debe contar con una red peatonal para que los viajes de menos de dos kilómetros se puedan realizar andando: ir al colegio, al trabajo cercano, a comprar o a divertirse”, destaca Vega.

Para esta analista de la movilidad, “la isla también necesita una red ciclista que permita canalizar los viajes motorizados de menos de 10 kilómetros y que permita conectar pueblos y barrios cercanos. Hay que potenciar el transporte colectivo, y para que sea una verdadera alternativa debe, sobre todo, castigarse al coche, al que hay que poner coto en la circulación y en el estacionamiento”.

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