El empresario de la noche, Bartolomé Cursach, estrenó ayer a lo grande su puesta en libertad. Pasaban veinte minutos de las nueve de la noche cuando el magnate abandonaba la cárcel de Palma disfrutando de la posibilidad de no tener que hacer frente a los medios de comunicación que allí le esperaban.

Cursach pudo esquivar a la prensa con la ayuda de un empleado y de la propia institución, que facilitó que pudiera abandonar la reclusión por un lugar diferente -una puerta lateral- al habilitado para la salida del resto de presos. En la puerta de la prisión le esperaba un imponente Lexus blanco. Esquivo, Cursach pasó por detrás de los periodistas y cámaras y subió fugazmente al vehículo sin hacer declaraciones.

El empresario de la noche salía del centro penitenciario poco tiempo después de que su abogado Juan Socías presentara en el juzgado de guardia -junto con otro representante legal del grupo Cursach- un talón por valor de un millón de euros para saldar la fianza impuesta por la mañana por la Audiencia Provincial. Los letrados del magnate pudieron reunir la estratosférica suma en apenas cinco horas.

Trece meses en prisión

Los dos representantes legales del grupo Cursach presentaron a media tarde -entre las 19.00 y las 20.00 horas- el talón ante el juzgado de instrucción número 2 de Palma, en la sede de Vía Alemania, que se encontraba en funciones de guardia.

Pasadas las 20.30 horas abandonaba la institución penitenciara el agente judicial encargado de llevar el auto que comunicaba la puesta en libertad del empresario. Tan solo una hora después Cursach volvía a pisar la calle y ponía fin a trece meses de prisión preventiva. Culminaba así una salida de prisión por todo lo alto.

El empresario lograba de esta forma la libertad que perdió hace más de un año, después de que el juez Penalva le enviara a prisión acusado de graves delitos relacionados con sus empresas del ocio.

El tribunal de la Audiencia de Palma, el mismo que en dos ocasiones anteriores se opuso a su libertad, había impuesto por la mañana como condición para su puesta en libertad el pago de una fianza de un millón de euros.

El empresario logró al tercer intento que la Audiencia de Palma decretara su libertad bajo fianza, posibilidad que antes le denegaron los dos jueces de instrucción, Manuel Penalva y Miguel Floritle denegaron los dos jueces de instrucción, Manuel Penalva y Miguel Florit, que dirigen la investigación por la que terminará sentando en el banquillo acusado de graves delitos. Sin embargo, en el tercer intento, los argumentos del abogado defensor, Fernando Mateas, convencieron a los tres jueces del tribunal.

Sin posibilidad de fuga

La defensa, en contra de la opinión de la fiscalía Anticorrupción, que sostenía que Cursach debía seguir en prisión, mantuvo que no existía ninguna de las circunstancias aludidas para que su cliente siguiera preso.

No existía, a su juicio, posibilidad alguna de que el empresario huyera, porque su familia y sus negocios están en Mallorca, había cubierto una fianza de responsabilidad civil de más de 4o millones de euros y tampoco podía influir en la investigación.

Además de todo ello, la defensa señaló que el empresario no tenía ningún tipo de relación con los episodios de hostigamiento que han sufrido varios de los testigos que han declarado en la causa, como exponía la fiscalía para insistir en que siguiera en prisión.

El tribunal, pese a que ha decretado la libertad bajo fianza, explica que, dada la gravedad de los delitos que se le imputan al empresario y las penas con los que están castigados, todavía no se han alcanzado los plazos máximos de prisión preventiva que marca la ley. Y recuerda que esta medida es una herramienta legal para evitar la reiteración delictiva y evitar el riesgo de fuga del investigado.

Sin embargo, aunque el tribunal entiende que estas circunstancias existieron, y por ello se denegó dos veces su puesta en libertad, en estos momentos, una vez que ya lleva más de un año en prisión, estos riesgos se han reducido. Por ello, la Sala acuerda la puesta en libertad, aunque con condiciones, la principal de ellas, el pago de la fianza de un millón de euros.

Sobre el acoso a los testigos, que era uno de los argumentos que también expuso la fiscalía, el tribunal recuerda la necesidad de proteger a las víctimas, pero señala también que ya se ha condenado a los autores de estas agresiones y que hace más de seis meses que no se ha vuelto a producir ninguno de estos episodios de hostigamiento.

Riesgo de fuga

Sobre la posibilidad de riesgo de fuga, como aludía la acusación, también entiende el tribunal que es una circunstancia que se ha atenuado por el tiempo que el empresario del ocio lleva en prisión, donde ingresó el día 3 de marzo del año pasado. Ello, unido a sus vínculos familiares y empresariales "sólidos" que mantiene Cursach con Mallorca, así como su edad, 72 años, el embargo de sus cuentas bancarias y el hecho de que haya ofrecido sus inmuebles como garantía de la responsabilidad civil, son las otras circunstancias que ha valorado el tribunal para tomar esta decisión.

Primer macrojuicio

Todos estos hechos tienen mucho más peso, según creen los jueces, a la circunstancia de que en breve el investigado tendrá que afrontar el primer macrojuicio, en el que se le ha acusado de hasta siete delitos, y que está pendiente de conocer la sentencia sobre la acusación de tenencia ilícita de armas.

Y aunque la Sala entiende que existe arraigo, y ello reduce la posibilidad de fuga, no es razón suficiente para dejarle en libertad sin adoptar antes algún tipo de medida preventiva para evitar que Cursach huya de Mallorca, pese a que tenga en la isla su familia y todos sus intereses empresariales.

El tribunal, además de la fianza, que posibilitó pagar con dinero en metálico o a través de un aval, ha acordado que el empresario comunique al juzgado un domicilio donde puede ser hallado. Deberá comparecer cada vez que se le llame y todos los lunes de cada mes tendrá que presentarse en el juzgado, como hacen la mayoría de investigados en el llamado caso Cursach.

Alegría

La decisión del tribunal fue acogida con alegría en el entorno más próximo del empresario.

Por tanto, tras pasar más de un año en prisión y conocer durante todo este tiempo las cárceles de Palma y de Alicante, el empresario pudo salir ayer en libertad.

El tribunal le advierte de que si incumple cualquiera de las condiciones que le ha impuesto, puede volver a la cárcel. Lo próximo será afrontar los juicios que le quedan aún pendientes.