Los jueces han reconocido la incapacidad laboral de una mujer, que trabaja de dependienta en una tienda de Menorca, por la adicción que sufre al tabaco, que le ha ocasionado una enfermedad pulmonar. La mujer no está capacitada para continuar desempeñando el trabajo y a partir de ahora cobrará una paga del Estado. Esta decisión de los jueces va en contra del criterio de la Seguridad Social, que se negó a reconocer la incapacidad de la trabajadora por varias razones. Una de ellas es que esta mujer nunca había estado de baja laboral. La otra era que no estaba cumpliendo con el tratamiento que le marcaron los médicos como consecuencia de la enfermedad.

Esta mujer es una fumadora habitual, que en los últimos 25 años consumía una cajetilla y media de tabaco al día. Esta adicción le había provocado un enfisema severo, según el diagnóstico médico. Para superar la enfermedad se le indicó que debía de dejar el tabaco, al tiempo que debía realizar sesiones con un fisioterapeuta, que le marcaría unos ejercicios para superar esta adicción. Al principio la mujer dejó de fumar, pero en poco tiempo continuó consumiendo tabaco, con un consumo diario de entre 15 y 20 cigarrillos.

Al terminar la temporada de trabajo del año 2016, la empleada presentó ante la Seguridad Social una propuesta para que se le reconociera una incapacidad permanente. Esta propuesta fue denegada, por cuanto se entendió que al no haber estado nunca de baja, demostraba que podía continuar trabajando, a pesar de que se le reconocía que sufría un enfisema severo.

La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Balears acepta la demanda de la mujer, por cuanto consideran los jueces que su estado físico actual es incompatible con el trabajo de dependienta que desarrolla.

La mujer se ve obligada a permanecer de pie durante toda la jornada, deambulando de un lado a otro de la tienda, además de atender a los clientes y reponer los estantes del comercio. El tribunal afirma que esta mujer no desempeña una labor sedentaria, sino todo lo contrario, su trabajo de dependienta le exige un grado alto de esfuerzo. Este oficio es incompatible con la enfermedad que sufre por el consumo de tabaco.