El caso del cuestionado título de máster de Cristina Cifuentes y el papel de la Universidad Rey Juan Carlos (URJC) ha puesto el foco en la corrupción de las universidades.

Se cuestiona que la presidenta de la comunidad de Madrid cursara realmente el postgrado y de hecho aún no ha aparecido ni el trabajo de fin de máster ni el acta correspondiente (la original). La propia Cifuentes ha admitido que no iba a clase y que no hizo los exámenes, pese a que era un máster presencial: aseguró que llegó a un acuerdo con los profesores, quedando exonerada de ir a clase a cambio de hacer algunos trabajos.

¿Es verosímil que se acumulen todas estas situaciones? Ayer, primer día de clase tras las vacaciones de Semana Santa, fue un tema que se comentó en pasillos, cafeterías y despachos de la UIB.

Fuentes consultadas por este diario y conocedoras de los procedimientos internos de la Universitat apuntan que es "imposible" que se den todas estas circunstancias. Es decir, que es difícil 'comprar' la versión de la presidenta del PP (también sostenida en un primer momento por la URJC).

En la UIB los trabajos de fin de máster (TFM) y las actas son prácticamente 'imperdibles'. Para empezar, los TFM se almacenan en un repositorio interno digitalizado y aunque la normativa estatal solo obliga a las universidades a conservar una copia durante un año, en la UIB de momento se guardan sine die.

En 2012, la UIB constituyó el Centre d'Estudis de Postgrau que pasó a asumir todo lo referido a la gestión de los títulos que van más allá de los grados, incluyendo másteres y doctorados.

Antes de crearse esta escuela, cada facultad era responsable de 'sus' postgrados y los alumnos debían entregar tres copias del TFM en papel. Todas las copias están guardadas en un almacén.

A partir del curso 2013-2014, los TFM pasaron a entregarse en CD (hay una persona que se dedica ahora de recuperarlos y pasarlos al repositorio digital). Luego, desde el curso 2015-2016, los trabajos se entregan telemáticamente a través de una aplicación del Centre d'Estudis Postgrau y ya queda guardado (y ahora se está trabajando para que el TFM se guarde automáticamente en el repositorio).

¿Se puede hacer público un TFM? Sí, si lo autoriza el tutor y el alumno. En los últimos cursos los estudiantes ya marcan una casilla específica para dar esta autorización al hacer la incripción.

Conclusión: sería difícil que la UIB no encontrara un trabajo fin de máster de un ex alumno. No obstante, hay una garantía mucho mayor y que sí o sí se registra telemáticamente y se incluye el expediente de cada alumno: el acta.

Hay una acta de cada asignatura y también del TFM. En este caso, se imprime, se firma en papel, se entrega al servicio administrativo que lo registra telemáticamente y se incluye en el expediente de cada estudiante: expedientes que la UIB guarda siempre. La teoría sería pues que la Universitat sí tiene guardadas las actas originales del TFM en caso de que un exalumno la pidiera.

La UIB oferta ahora mismo 32 másteres oficiales: ¿sería posible aprobar uno sin ir a clase en tiempos del Plan Bolonia? La normativa de la Universitat no lo contempla salvo que se trate de alguno de los máster semipresenciales o interuniversitarios que se ofertan. En el resto de másteres, los estudiantes que trabajan (como Cifuentes) tienen la opción de acogerse a la figura de estudiante a tiempo parcial y matricularse de menos créditos por curso, pero si el máster es presencial, hay que asistir a clase.