La Audiencia de Palma ha ordenado que un ciudadano inglés, que llegó a Mallorca acompañado de sus dos hijos menores, devuelva a los hermanos a su país de origen, Reino Unido, para que puedan volver a estar con su madre. Esta decisión no coincide para nada con la que adoptó otro juzgado, que decidió que los dos hermanos continuaran viviendo en Mallorca, donde acuden al centro escolar, debido a los problemas de salud mental que padece la madre, un argumento que utilizó el padre para oponerse al regreso de los dos menores a su país.

Según detalla la sentencia, el padre se llevó a sus hijos del Reino Unido en el mes de septiembre del año pasado y lo hizo aprovechando unas fechas en la que la madre se encontraba ingresada, si bien no se sabe si esta dolencia está relaciona con el trastorno bipolar que padece. El hombre se oponía al regreso de los niños, precisamente, por la enfermedad mental de su exmujer, afirmando también que la madre consintió el traslado de los menores a Mallorca. Además, insistió en la adaptación de sus hijos al colegio y la buena relación con sus abuelos, que viven en Mallorca.

El tribunal no llega a entender el motivo por el que el padre aprovechó que su exmujer estaba ingresada para llevarse a sus hijos, cuando se conocía desde tiempo atrás la enfermedad de la madre.

Sin embargo, para los jueces lo importante es determinar si la madre está en condiciones para poder atender a sus hijos. Así, la sentencia explica que la mujer sufre un trastorno bipolar, tratado durante cuatro años. En estos momentos no recibe medicación. Detalla que las crisis se producen en momentos de mucha presión, como por ejemplo cuando estaba desarrollando sus estudios universitarios. El médico psiquiatra que la trata envió un informe a los jueces de Mallorca, estudiado por los médicos forenses, que explicaba que la mujer seguía un tratamiento pausado. Vivía sola y, si bien no tenía familia, recibía la ayuda de un grupo de amigas e incluso de la hermana de su exmarido. No tenía problemas en casa, participa en voluntariados de cocina y solía realizar largas caminatas, meditación y trabajos de restauración. Según el psiquiatra, su estado era optimista.

Este informe ha sido interpretado por un médico forense del juzgado de Palma, que concluyó que no apreciaba en la madre ninguna patología psiquiátrica, ni tampoco observó un comportamiento anormal. El forense señaló que la mujer es consciente de su enfermedad y que por ello presta un especial cuidado a su estado de salud.

El tribunal de la Audiencia, basándose en estos informes médicos, considera que no hay ningún dato que señale que los niños ingleses vayan a correr peligro si regresan con su madre. Por ello, los jueces obligan al padre a que los devuelva de nuevo a Inglaterra.