El expresidente de Unió Mallorquina Miquel Nadal, condenado por varias causas de corrupción y en prisión desde 2013, ya disfruta desde hace semanas de permisos y salidas de fin de semana, tras pedir el traslado voluntario desde la cárcel de Palma a un centro de reclusión de Cataluña. Nadal, defendido por Josep Zaforteza, aspira a lograr pronto el tercer grado penitenciario y ayer zanjó su último juicio con una conformidad que le supone una pena de 11 de meses, que no cumplirá.

Nadal lleva casi cinco años privado de libertad, el mismo tiempo que su antigua compañera de partido Maria Antònia Munar, que sigue recluida en el centro penitenciario de Palma.

Munar, representada ahora por Gaspar Oliver, lleva meses intentando obtener su primer permiso. Antes de Navidad, la también expresidenta del Parlament cerró su último juicio con una conformidad y solicitó un permiso que ni la cárcel, ni el juzgado de vigilancia penitenciario le han concedido. Su solicitud está pendiente de recurso ante la Audiencia.

Prisiones de la Generalitat

Por el contrario, Nadal optó hace ya meses por pedir un cambio de centro a uno administrado por la Generalitat de Cataluña. El traslado le ha alejado de su familia, pero le ha permitido disfrutar de los primeros permisos y salidas de la cárcel. Según fuentes jurídicas, la Generalitat es más proclive a dar permisos y el tercer grado a internos que cumplen ciertos requisitos y que han seguido un programa de reinserción. Nadal da ese perfil, pero en Mallorca no había conseguido ninguna autorización para salir. Las mismas fuentes atribuyen a las autoridades penitenciarias y al juzgado de ese orden de Mallorca una mayor "dureza" que la de sus homólogos de Catalunya. Nadal está a punto de completar los cinco años de condena de un máximo de doce años de cumplimiento (el triple de la pena mayor que se le ha impuesto, que es de cuatro años). Pronto podría acceder al tercer grado, que le permitiría abandonar de día la cárcel y únicamente regresar para dormir. De los exdirigentes y antiguos cargos vinculados a UM condenados por casos de corrupción, únicamente restan privados de libertad Nadal y Munar. Otros como Bartomeu Vicens y el exconseller de Turismo Francesc Buils ya obtuvieron hace tiempo la libertad.

Ayer Miquel Nadal se declaró culpable de dos delitos de prevaricación, dos de fraude contra la administración y dos de malversación de fondos ante la Audiencia y desde su cárcel de Cataluña, mediante una vídeo-conferencia.

La Audiencia celebró una vista previa del caso Minser, una empresa de nuevas tecnologías afín a UM y que durante años se dedicó a contratar con fondos públicos a liberados de UM, a cambio de suculentos contratos del Consell y otras instituciones.

Los dueños de Minser, Gabriel Ribas y Juan Carlos Escuer, también estaban acusados en este último fleco de la corrupción de UM. Junto a ellos se sentó en el banquillo Eugenia Cañellas, exsecretaria general técnica de la conselleria de Vicepresidencia del Consell en 2006 y que actuó en la trama como una "jefa de personal" de los militantes y simpatizantes del partido que había que enchufar en empresas afines o en entidades públicas. El último acusado fue Antoni Salom, eljefe de protocolo del Consell.

Anticorrupción inicialmente pedía 6 años de prisión para Nadal por dos delitos de prevaricación, dos de fraude a la Administración y otros dos de malversación. Finalmente, Juan Carrau rebajó su petición de condena para el también exconseller de Turismo a once meses, al subsumir algunos delitos en otros y aplicar las atenuantes de confesión, dilaciones indebidas y reparación del daño. Anticorrupción reclamaba también la condena como responsable civil subsidiario de UM, un partido que se disolvió hace varios años y que carece de fondos. En el acuerdo final desapareció esa mención a UM. El caso se deriva de dos contratos de 30.000 euros que el Consell concedió a Minser a cambio de que realizara unos informes que nunca se hicieron y que eran completamente inútiles. El dinero sirvió para pagar el sueldo de cinco liberados de Unió Mallorquina.