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Decreto Ley

El Pacto consagrará el decreto ley en su futura regulación del Govern

Pese a las críticas la legislatura pasada, los partidos de izquierda blindan ahora esta polémica figura

La presidenta Armengol con Pilar Costa, cuya Conselleria impulsa la ley del Govern, en un pleno del Parlament. pere joan oliver

De denostarlo con Bauzá a consagrarlo esta legislatura. El Pacto incluirá la polémica figura del decreto ley en su futura ley del Govern. El procedimiento de urgencia para aprobar disposiciones con rango de ley sin antes pasar por el Parlament que introdujo Jaume Matas en la reforma del Estatut de 2007, tendrá ahora mayor cobertura legal gracias a los partidos de izquierda de las Islas pese a las reticencias hacia la fórmula.

La incorporación de la figura del decreto ley, hasta ahora sólo contemplado en el Estatut, es una de las novedades más destacadas de la futura ley del Govern, la regulación propia del Ejecutivo autonómico, ahora a la espera de dictamen del Consell Consultiu.

De este modo, la futura norma dará un artículo propio al decreto ley en su capítulo de potestades normativas del Govern, en un único punto que recuerda que sólo se pueden dictar "con las limitaciones que prevé el artículo 49 del Estatut" y que quedarán derrogadas si en el plazo de un mes no es validado en el Parlament.

Cabe recordar que la pasada legislatura PSIB y Més, que ahora gobiernan, criticaron al Govern de Bauzá por el abuso de esta figura, en principio excepcional. Entre 2011 y 2015, el Ejecutivo del PP sacó adelante más de 25 medidas por la vía del decreto ley, entre ellas la polémica rectificación del TIL a días de empezar el curso después de que la justicia tumbara la orden de su aplicación. Siempre fueron validados posteriormente en el Parlament gracias a la amplia mayoría absoluta del PP.

Pese a las críticas entonces de socialistas y ecosoberanistas, esta legislatura, si bien no se han llegado a los registros de Bauzá, también se ha vuelto a utilizar la figura. En total, el actual Govern ha utilizado el decreto ley, previsto para casos de urgencia, en hasta siete ocasiones. Esta fórmula fue la elegida, por ejemplo, para corregir la ley de alquiler turístico después de que el desmarque de Podemos dejara fuera las viviendas plurifamiliares. El último decreto ley aprobado tenía por objeto la construcción de infraestructuras educativas y sanitarias.

El PSIB lo veía "autoritario" en 2013

La presidenta Armengol acusaba hace cuatro años a Bauzá de impulsar decretos ley "para saltarse los controles administrativos, técnicos, jurídicos, de la intervención, y para evitar la exposición pública y las enmiendas de la oposición", en lo que definía de "forma autoritaria" de gobernar.

"El Govern del señor Bauzá se ha convertido en el Govern del decreto ley. Hemos pasado de un Govern del Partido Popular, del señor Matas, de hágase a un Govern de Bauzá que dice hágase por decreto ley", censuraba la socialista Pilar Costa, cuya Conselleria impulsa ahora, precisamente, la consagración de esta figura.

"Balears no se puede acostumbrar a que se gobierne con decretos ley, y menos un Govern que tiene una mayoría absoluta y que puede aprobar leyes en el Parlament con facilidad. Creemos que desgraciadamente estamos incurriendo en tics autoritarios de tiempos pasados", valoraba Costa cuando Bauzá llevaba una docena de decretos ley aprobados.

"Con cada decreto ley la calidad democrática baja un escalón", criticaba el entonces diputado de PSM-IV-Entesa (ahora Més), Antoni Alorda, denunciando la falta de debate en el Parlament.

Ahora, el decreto ley se consagra en la ley de Govern, en exposición pública y a la espera de dictamen del Consell Consultiu. El objetivo de esta nueva norma es recoger en un solo texto todos aquellos aspectos regulatorios del Ejecutivo autonómico, desde sus atribuciones, sus competencias estando en funciones, los procesos normativos a su alcance y las pautas de comportamiento de todos los miembros del Govern.

Otras novedades de esta ley es la desaparición de la condición de aforado de los miembros del Govern, que no obstante deberá esperar para ello a la modificación del Estatut. Otro aspecto, es la exigencia de un informe de impacto de género en la tramitación de cualquier norma autonómica.

Obligados a denunciar

La nueva ley incluirá también un apartado de reglas de conducta en la que, más allá de las incompatibilidades, le obligan a "abstenerse de cualquier actividad que pueda comprometer la objetividad o generar conflictos de intereses en el ámbito funcional público en el que actúen"; a "guardar la reserva debida a los hechos o informaciones de los que tenga conocimiento con motivo de su cargo", a la vez que "poner en conocimiento de los órganos competentes los hechos o actuaciones que conozca y que puedan ser considerados constitutivos de corrupción o conductas fraudulentas o ilegales contrarias a los intereses generales".

También se impedirá por ley lo que hoy ya está recogido en el Código Ético del Govern, como "aceptar un trato de favor o una situación que implique un privilegio o una ventaja injustificada" o "aceptar regalos o servicios de favor protocolario que excedan los usos habituales o de cortesía".

Pendiente del Consultiu

Esta ley es ahora una de las normas que colapsa el Consell Consultiu, desbordado por la cantidad de encargos del Govern. Es una de las leyes junto a la de Referéndums, de la que el Ejecutivo espera el dictamen jurídico para aprobarla en los próximos meses en el Parlament. No obstante, más allá de por el volumen de trabajo pendiente, en el órgano jurídico no ven demasiada complicaciones en una ley cuyo contenido es eminentemente técnico.

Su aprobación no supondrá cambios en la práctica. El decreto ley que quedará consagrado ya funciona en la actualidad por estar previsto en el Estatut, de la misma manera que otras cuestiones. Por contra, la eliminación de los aforamientos de los políticos de las islas no será todavía efectiva a falta de una modificación del estatuto autonómico que cuenta, en principio, con el apoyo de todas las actuales fuerzas políticas con representación en el Parlament.

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