Hace pocos años advertía del riesgo de recaída de la economía española. ¿En qué estado se encuentra actualmente el enfermo? ¿Ya hemos salido de la crisis?
Macroeconómicamente, España ha abandonado ya los perfiles de crisis. Es verdad que todavía queda alguna secuela en ese paciente, sobre todo entre la población con menos renta, con una tasa de paro que sigue siendo elevada y una calidad del empleo inferior a la que teníamos, tanto en términos de duración de los contratos como de salarios medios. Pero en general, España está creciendo por encima de la media europea. Es verdad que seguimos expuestos a focos de contaminación, fundamentalmente exteriores, como la política comercial de Estados Unidos o con el tipo de divorcio que signifique el 'brexit', y con la normalización de la política monetaria,ya que en algún momento del año que viene el Banco Central Europeo va a empezar a subir los tipos de interés.
Balears se sitúa como líder del crecimiento económico, pero su sector turístico se acerca al máximo de su capacidad. ¿Eso abre riesgos de saturación y de turismofobia?
España ha batido todos los récords de la historia en 2017, tanto en entradas como en ingresos, pero se ha puesto de manifiesto que sería interesante comenzar a plantear una cierta sustitución de cantidad por calidad. Se ha comenzado a plantear en las grandes ciudades, como Barcelona o Madrid. Hay costes, como la erosión de infraestructuras, que se podrían paliar si el visitante medio generara más ingresos. Pero eso no es sintomático de una crisis en el sector turístico. Va a ser difícil batir récords todos los años. España ya se ha colocado entre las dos grandes potencias turísticas del mundo, y es posible que haya una cierta inflexión, especialmente porque parte del éxito se debe a los problemas de otros destinos competidores.
Se ha apuntado un posible debate entre aumentar plazas turísticas para seguir creciendo o hacer la apuesta en favor de la calidad y el valor añadido. ¿La respuesta es la segunda opción?
Claramente, y Balears sabe mucho de eso. La presión y las exigencias medioambientales son cada vez más explícitas. Primero porque es en interés de la mayoría, y en segundo lugar porque el signo de los tiempos va en la dirección de ir más a la calidad.
¿El alquiler turístico ha roto límites y es necesario ponerle freno?
Absolutamente. Hay que controlarlo y las autoridades deben de tener claros esos mismos objetivos. Las reglas tienen que existir, y no puede darse un crecimiento indiscriminado. Y la calidad media debe de ser satisfactoria.
Balears ha aplicado un impuesto turístico. ¿Eso reduce nuestra competitividad?
Yo no soy muy amigo de los impuestos finalistas, y sí de los impuestos suficientes. No soy de los que piensan que hay que reducirlos en un país como el nuestro cuya tasa media es inferior a la media europea. Es probable que las empresas que más se benefician de los bienes públicos tengan que pagar impuestos adicionales, pero no por la vía del impuesto indirecto como es el turístico, sino por la vía de recargos en la imposición directa.
Usted apuesta por un giro en favor de la calidad y la productividad, ¿pero los empresarios son proclives a aplicar cambios cuando están ganando mucho dinero?
Puede haber resistencias, pero incluso en eso se perciben cambios, y aquellos empresarios que son inteligentes, son conscientes de que si se está por la supervivencia de la empresa no tienen más remedio que invertir en intangibles, como tener buena gente y tener buena tecnología. Va a ser lo dominante durante los próximos años, y salvo los muy miopes, hay pocos que no lo asuman.
¿España, y Balears en concreto, son especialmente vulnerables ante una mala negociación del 'brexit'?
Sí, pero en el caso de Balears, a medida que mejore la calidad de su turismo, será más inmune a los daños. Más allá del rifirrafe actual, quiero creer que va a haber un punto de confluencia para conseguir por lo menos algo similar a una unión aduanera. A los europeos no les interesa romper la baraja y a los británicos menos.
¿Balears es menos vulnerable a este problema que el resto de España?
Mucho menos, y cuanta más calidad tenga la oferta balear, menos vulnerable será. Al que quiera venir aquí le dará igual pagar unas pocas libras esterlinas más.
El precio de la vivienda en Balears se está poniendo fuera del alcance de las clases medias. ¿Podemos generar una nueva burbuja o un problema social?
Se está convirtiendo en un problema social. Que haya profesionales que no quieran venir porque el precio del alquiler casi se come toda su renta es un problema como una catedral. Hay que regular el destino de los alquileres y eventualmente incrementar esta oferta. No tiene sentido que falten médicos o policías, o que nos veamos hacinados en una caravana.
¿La subida salarial del 17% en cuatro años en la hostelería balear es un ejemplo a seguir o un caso excepcional?
Los empresarios han suscrito eso porque sus beneficios lo permiten. Los salarios deben de seguir la pauta de la productividad, y si hay sectores donde crece, me parece muy bien que haya negociación entre las partes. Pero no lo veo extrapolable a otras regiones de España.
¿La redistribución de la renta es la asignatura pendiente de la crisis?
Sí. Con la crisis, en casi todos los países ha aumentado la brecha entre la renta que recibe el 10% que la tiene más alta y la del resto. Ya se ampliaba antes, pero la crisis ha generado más paro, ha contenido los salarios y ha ampliado la diferencia. Pero la excesiva desigualdad no es rentable ni es buena, porque no genera un crecimiento suficiente del consumo y porque hace que la gente estigmatice el propio sistema económico o a Europa.
Estamos en pleno debate de las pensiones. ¿Es posible subirlas o la caja no da para más?
Lo que sí hay que transmitir es que no va a haber ningún problema con la percepción de las pensiones. Y sería bueno que las pensiones más bajas tuvieran un mecanismo de actualización en función de la inflación y que no pierdan poder adquisitivo.
Balears se reivindica como una de las autonomías peor financiadas. ¿Hay visos de que esto mejore?
Todo el tema de la financiación autonómica está condicionado a que haya un horizonte de aprobación presupuestaria y se vuelva a convocar el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
