El juez Enrique Morell ha emplazado a la fiscalía para que se pronuncie sobre si piensa acusar de estafa al catedrático de la UIB Pablo Escribá, por la supuesta venta a precios superiores a su coste del Minerval, un fármaco experimental suministrado sin autorización administrativa a enfermos de cáncer. En principio, la fiscalía, que vio frustrada su intención de acusar a Escribá de estafa por engañar a los pacientes prometiéndoles un remedio para el cáncer cuya venta está prohibida, no ha visto indicios delictivos en el precio que el único imputado puso a la molécula.

El 8 de septiembre del año pasado Morell sobreseyó la causa para Escribá, su esposa Juana Alemany, el también catedrático de la UIB Xavier Busquets y dos colaboradores de ambos, Antonio José González y Antonio Aguiló.

El magistrado, con la oposición de la fiscalía, estimó que el único de los investigados que comercializó el Minerval fue Escribá, por lo que el resto quedó ya exculpado de salida.

Sobre el doctor en Biología, el juez no vio indicios de que hubiese engañado a los enfermos o sus familiares, muchos de ellos de un elevado nivel cultural. El fármaco fue ofrecido como una terapia alternativa para enfermos a los que no se podía aplicar tratamientos convencionales.La fiscal recurrió el archivo, pero la Audiencia no estimó su recurso, aunque ordenó que se investigara si Escribá se lucró con la venta del medicamento experimental. Morell reabrió la causa y pidió a Escribá la documentación sobre las compraventas del ácido 2 hidroxioléico o Minerval.

Las facturas ya han sido entregadas y ahora, la fiscalía deberá decidir si acusa. Si se cierra el caso, se abrirá la vía administrativa contra Escribá.