La marca mallorquina de refrescos Pep Lemon, fundada en marzo de 2014, cierra sus puertas, interrumpe la producción al menos hasta el final de la temporada turística, confirma a este diario su fundadara Carme Verdaguer. Y lo hace para replantear el producto en el mercado local y buscar nuevos socios.

"Pero no es un cierre definitivo", añade Verdaguer. "Hemos dedidido parar la producción porque no podemos afrontar demanda de la temporada turística y a la vez replantear el proyecto como queremos", aclara. "Todavía creemos en el proyecto, pero necesitamos repensarlo y quizá buscar nuevos compañeros de viaje", comenta. "Continuamos con los socios con lo que arrancamos el proyecto, pero la situación de algunos ha cambiado", aclara.

Verdaguer se muestra satisfecha del camino recorrido con una bebida que tiene como señas de identidad su carácter natural y local.

"De lo que estoy más orgullosa es de cómo se ha posicionado la marca en estos cuatro años, en tan como tiempo. La imagen de marca ha sido muy bien aceptada por el público y eso lo considero un triunfo por lo que representa a nivel simbólico, pero también hay que poder dar salida a ese símbolo", añade." Y en Malloca a veces nos falta ojo. Nos lo tenemos que creer más. Apostar por lo nuestro sin tener tanto en cuenta si se sitúa un céntimo arriba o abajo de su competencia", lamenta.

El diciembre de 2016, y aunque gran parte del público se puso de su ladro, la todopoderosa Pepsi ganó la batalla legal a la empresa mallorquina y le prohibió, tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Balears, utilizar el nombre de Pep Cola para una de sus bebidas, por la "similitud evidente", según el tribunal con el refresco que Pepsi tenía registrado en la oficina de Patentes y Marcas.

"Ese litigio no ha tenido que ver con la decisión que hemos tomado", manifiesta Verdaguer. "En su día nos dio muchos dolores de cabeza y el recurso aún sigue aguardando la decisión del Tribunal Supremo, pero para nada ha tenido que ver en la decisión que hemos tomado", comenta.