El conseller Vicenç Vidal mintió cuando el pasado viernes afirmó que todos los pozos de agua ilegales ubicados en campos de golf habían sido clausurados. Según ha podido saber este diario, tres pozos del campo de golf de Son Gual sobre los que pesa un expediente sancionador desde el pasado 26 de enero todavía no han sido precintados.

Agentes de la conselleria de Medio Ambiente visitaron por primera vez el campo de golf en 2016 en el marco de una campaña puesta en marcha ese mismo año para inspeccionar a los grandes consumidores de agua. Los resultados de los análisis de las muestras de agua recogidas entonces no fueron concluyentes al no poder confirmar que Son Gual regaba el césped con agua subterránea, algo completamente prohibido por ley.

Hubo una segunda inspección a finales de 2017 en la que, esta vez sí, los agentes medioambientales pudieron corroborar que el campo regaba con una mezcla de agua depurada -permitida- y agua subterránea de pozo. Combinar los dos líquidos es una fórmula habitual para tratar de engañar a los técnicos en un control de laboratorio, pero la inspección fue concluyente: tres de los cinco pozos del complejo deportivo eran ilegales y debían ser precintados.

El 26 de enero se abrió un expediente sancionador y el 7 de febrero la conselleria de Medio Ambiente envió un requerimiento al golf de Son Gual para que clausuraran los tres pozos con efecto inmediato. El complejo palmesano ha hecho caso omiso, por lo que el próximo martes el departamento que dirige Vidal enviará un segundo y último requerimiento. La dirección del golf tendrá entonces cinco días para acatarlo. De lo contrario, se personarán en las instalaciones varios agentes medioambientales para clausurar los pozos de oficio y retirar las bombas con las que extraen el agua.

La sanción que pesa sobre Son Gual a día de hoy asciende a 500.000 euros. La cifra puede dispararse hasta el millón si el complejo sigue desoyendo los requerimientos de la conselleria e insiste en seguir regando el césped con agua subterránea. Será, en todo caso, la multa más cuantiosa impuesta a un campo de golf en Balears. La primera, cargada al de Camp de Mar, fue de 250.000 euros, aunque todavía no se ha pagado porque está recurrida.

Estos hechos desmienten a Vidal, que después del Consell de Govern del pasado viernes afirmó rotundamente que todos los pozos ilegales "han sido precintados y clausurados", al tiempo que reclamó dejar trabajar a los agentes medioambientales: "No admitimos ninguna presión ni obstaculización sobre nuestros funcionarios, que hacen su trabajo en defensa del bien común".

Las sospechas planean sobre Son Gual desde 2011. Según denunció en conversación con este diario un exalto funcionario del Govern, durante la etapa de Biel Company al frente de la conselleria de Medio Ambiente se paró una investigación en el campo de golf pese a que los técnicos contaban con sólidos indicios de que regaba con agua subterránea. "No se tomó ninguna medida, ni se hizo ninguna investigación".

"Me consta, porque así me lo dijeron los agentes medioambientales, que hicieron una primera investigación y que luego les dijeron verbalmente que no volvieran", afirmó Alfredo Barón, jefe del Servicio de Estudios y Planificación de la conselleria de Medio Ambiente durante el mandato de Company.

El ahora presidente del PP de Balears negó el lunes estas acusaciones, calificó a Barón de "personaje" y le acusó de malgastar "fondos públicos".