"En estas páginas hemos elaborado una serie de reflexiones útiles y hemos tratado de intervenir en conflictos", aseguró ayer Antoni Martínez Taberner, presidente de Tramuntana XXI, durante la presentación del nuevo Anuario de la entidad. En el acto también participaron el vicepresidente, Joan Mayol Serra; el alcalde de Selva, Joan Sastre; la alcaldesa de Esporles, Maria Ramón; el primer edil de Valldemossa, Nadal Torres; y el teniente de alcalde y concejal de Banyalbufar, Joan Peralta. Todos ellos han hecho balance de la situación de la Serra en la actualidad y del recorrido de Tramuntana XXI durante su primer año de trabajo.

"La Serra es un territorio, pero son personas. Es economía, pero también naturaleza", puntualizó Joan Mayol. Con la intención de ayudar a preservar este Patrimonio de la Humanidad, un total de 16 municipios de la Serra de Tramuntana han colaborado en la realización de este anuario y se encuentran "totalmente implicados con el proyecto", según indicó el teniente de alcalde de Banyalbufar.

"Nos gusta que la asociación sepa lo que tiene que hacer en todo momento y, aunque sabemos que queda mucho trabajo por hacer, nosotros estamos aquí. Hacía tiempo que se necesitaba una entidad como Tramuntana XXI", añadió el alcalde de Valldemossa.

En el anuario se tratan temas de actualidad e importancia como la Ley de Caminos, la Xylella fastidiosa o la masificación turística del pasado verano. "Por los caminos de Valldemossa pasan unas 50.000 personas cada año, pero cada veces más concienciadas con los comportamientos respetuosos para la Sierra", puntualizó Nadal Torres sobre el creciente interés por el excursionismo en la Serra.

"El Camí des Correu está realmente lleno, pero donde antes podías pasar con una bolsa para recoger las basuras que se dejaban ahora se puede comprobar que hay mucho más civismo", agregó María Ramón.

Tramontana XXI es una asociación sin ánimo de lucro que trabaja en favor de la Serra de Tramuntana del siglo XXI, con el objetivo de impulsar los conocimientos y las prácticas para la economía sostenible, en favor del patrimonio natural y social y los valores de esta comarca. Se quiere contribuir a que sea un territorio vivo, tanto biológicamente como económicamente y evitar que se degraden sus valores ambientales y sociales, según se indicó.