El 8M no ha paralizado Mallorca, pero ha encendido la mecha. La mañana ha sido reivindicativa en la calle y rutinaria en las tiendas, bares, hospìtales y aeropuerto. Consecuencia de una huelga feminista seguida masivamente por el sector educativo y obviada por el comercio.

Las tiendas y cafeterías de las principales arterias de Palma han abierto con total normalidad. Los establecimientos, atendidos mayoritariamente por mujeres, han levantado la barrera a su hora y sin que nada alterara el guión habitual de un día laborable. Con la salvedad de algún piquete informativo al que la policía ha impedido la entrada en el Corte Inglés de Avenidas.

También el Mercat de l'Olivar ha dado esquinazo a la huelga. Todas las paradas abiertas y colas en un buen número de ellas. Una pescadera explica sucintamente por qué ha decidido desoír la convocatoria de huelga: "¿Y qué hago con el pescado?". No es una pregunta, es una sentencia. La mujer se apresura a atender a un clienta dejando claro que no entrará en un intercambio dialéctico sobre el paro con el periodista.

Cerca del mediodía empiezan a brotar pequeños grupos de mujeres con pancartas. Mari Carmen Higuera, apostada en la Plaza España con una bandera republicana adornada con un lazo morado, explica por qué para ella es un día importante: "Estoy aquí para decir que las mujeres no tenemos por qué aguantar tanta violencia. Yo, por ejemplo, la he aguantado muchos años. Aunque gracias a Dios hace tiempo me liberé".

También tiene ganas de clamar por la igualdad Sonia Martín, que tuerce el gesto al ver poco movimiento a su alrededor. "Nacer mujer en el 80% de los países es una sentencia de muerte. Lo he visto. He viajado a Bangladesh, África, India... Nos tenemos que unir porque en muchos países, también aquí, estamos silenciadas. Es una pena porque casi no veo lazos, ni mujeres vistiendo de negro... Nos tenemos que unir todos, también los hombres, para pelear por la igualdad", ha manifestado. "Vivo fuera y cada vez que vengo veo que España está dormida", ha añadido.

Marga Ramon ondea una bandera de la CGT mientras recuerda cuáles son los cinco apellidos de la huelga: "laboral, de consumo, de cuidados, antipatriarcal y anticapitalista". Esta activista hace pedagogía a la salida de la estación intermodal de Plaza de España repartiendo octavillas a los peatones que parecen dispuestos a seguir con sus rutinas.

"Es un trabajo de boca a oreja, la gente entiende los motivos de la huelga cuando se para y escucha. "¿Qué pasaría si nosotras parásemos en producción y en reproducción?", pregunta. "Si nos paramos nosotras, se para el mundo. Esto es solo el comienzo", ha subrayado.

En Son Espases la vida ha seguido igual, con las habituales retenciones para entrar y para salir. Lazos morados resaltaban en las batas blancas de algunas trabajadoras, que poco antes del mediodía se han concentrado ante el hospital reclamando igualdad.

La huelga también ha pasado de largo por el aeropuerto, que no ha registrado ninguna incidencia.

La jornada ha subido el tono reivindicativo en la manifestación que ha recorrido las calles del centro de Palma que un grupo de estudiantes ha finalizado ante la Delegación del Gobierno. "Si te callas no estás más guapa", han coreado doscientas mujeres, la mayoría adolescentes, ante el cordón policial dispuesto ante la sede gubernamental.

Durante la protesta, algunas chicas se han quitado la camiseta a imitación de las feministas de Femen.