El juez Manuel Penalva no volverá a tomar ninguna decisión sobre el caso Cursach, ni sobre las diferentes piezas separadas, como el caso ORA, el IME o la trama policial. La Audiencia de Palma, en un auto redactado por la magistrada Samantha Romero, ha aceptado la recusación planteada por la mayoría de abogados personados en la causa, presentada inicialmente por la defensa de Tolo Sbert, que denunciaba la falta de imparcialidad de Penalva.

Esta decisión se adopta, no porque el tribunal aprecie que el juez haya adoptado una sola decisión que denote muestras de imparcialidad, sino que se apela a la figura de "pérdida de apariencia de imparcialidad". Es decir, se acude a una razón más de imagen que de fondo, pero que en cualquier caso supone que Penalva ha quedado apartado para seguir con la investigación de la causa principal del caso Cursach, ni con ninguna de las piezas separadas que se han abierto. La responsabilidad de que el caso llegue a juicio será ahora del juez Florit, que tendrá que sustituirle al frente de la instrucción.

Desde hace ya varias semanas el experimentado juez ya ha venido tomando decisiones sobre el caso, como por ejemplo denegar la libertad a Cursach, desde que se planteó el incidente de recusación. La decisión de la Audiencia cayó ayer como un jarro de agua fría entre los investigadores, mientras que se acogió con gran alegría entre los seguidores de Cursach, que mostraban su satisfacción, sobre todo a través de comentarios en las redes sociales. Así, el abogado Vicente Campaner, convocante de las manifestaciones contra el juez y el fiscal, resaltó la valentía de los magistrados de la Audiencia al apartar al instructor.

Un mensaje de WhatsApp

La Audiencia tenía que resolver sobre dos incidentes de recusación y ambos han sido aceptados. Uno se refería al caso Cursach y el siguiente por la intervención del juez en el caso del ciudadano rumano que fue encarcelado por agredir a un testigo protegido. La Sala acepta ambos recursos y los dos por la misma razón: la pérdida de la apariencia de imparcialidad.

El motivo principal por el que el tribunal aparta a Penalva de la investigación es por un mensaje de WhatsApp que mantuvo con la testigo número 31, la conocida madame. Un mensaje en el que el juez utiliza un insulto para referirse a los abogados que están intentando desacreditar este testimonio. El juez, en ningún caso, se refiere a un abogado concreto, sino que lo hace de una forma genérica y dentro de un contexto muy concreto ya que, según justificó, pretendía dar ánimo a esta testigo ante la constante campaña de hostigamiento que estaba sufriendo. .

El tribunal coincide con la fiscalía en que no se había demostrado ningún interés directo o indirecto del juez Penalva para perjudicar a determinados investigados. Ni tampoco, como alegaban las defensas, se apreciaba una amistad íntima o enemistad manifiesta contra los imputados. Sin embargo, la fiscalía Anticorrupción también apoyaba que se apartara a Penalva, por cuanto el mensaje que envió a la testigo comprometía "la imagen de exquisita imparcialidad".

La magistrada, que ayer citó a todos los abogados a la vez para comunicarles la decisión adoptada, detalla las diferentes sentencias en las que se ha abordado la figura del juez imparcial, que forma parte del derecho fundamental a un proceso con todas las garantias. "El juez ha de ser, y ha de aparecer, como alguien que no tenga, respecto a la cuestión sobre la que ha de resolver y en cuanto a las personas interesadas en ella, ninguna relación que pueda enturbiar su imparcialidad. Incluso las apariencias pueden tener importancia, pues pueden afectar a la confianza que los tribunales en una sociedad democrática deben inspirar a los ciudadanos".

Caso difícil

La Audiencia detalla que el análisis no debe centrarse sobre si el juez ha perdido la imparcialidad, sino la apariencia de la misma. El tribunal reconoce la dificultad que representa asumir un asunto tan complejo como es el caso Cursach, que "exige un sobreesfuerzo para el instructor" quien, sin "perder la posición de tercero, adquiere una cierta vinculación con el proceso".

Los magistrados de la Audiencia advierten que la expresión proferida por Penalva en su mensaje telefónico con la testigo "compromete su apariencia de imparcialidad, en la medida en la que este hecho debilita la capacidad del instructor en generar la confianza de las partes y de la sociedad". No se cuestiona ni la profesionalidad del juez, ni su independencia e imparcialidad, sino su posición institucional. Y si bien es cierto, que por la apariencia de imparcialidad se va a apartar al magistrado Penalva de este caso, el tribunal de la Audiencia entiende también que no se ha observado que en ninguna de las decisiones que ha adoptado se aprecie una "predisposición anímica" de ir en contra de un determinado investigado. Es decir, no se resta valor ni una sola de las decisiones que ha adoptado Penalva sobre este complejo caso.