La persecución a la que está siendo sometida la minoría rohingya en Myanmar (antigua Birmania) es un exterminio "sistemático"; "un genocidio en pleno siglo XXI" que debería preocupar "a todo el mundo".

Tun Khin ha expuesto hoy en Palma la dramática situación en la que se encuentra su pueblo y ha exigido a la comunidad internacional que dé un paso más y apueste por "acciones efectivas".

A su entender, ahora mismo un acción de la comunidad internacional "es la única solución", ha señalado Khin, que ha insistido en este punto: "Hay que actuar ahora, los rohingya están en riesgo de desaparecer, no queremos que dentro de unos años nos vengan a pedir perdón, necesitamos una solución", ha sentenciado. Ha comparado el genocidio que sufren con el que padecieron los judíos en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial y ha considerado intolerable que la situación se esté repitiendo "en los tiempos actuales".

Khin es un defensor de los derechos humanos y presidente de la Organización de Rohingya de Birmania en Reino Unido y está recabando apoyos institucionales y sociales para exigir a Myanmar que ponga fin a este "drama" que ha provocado el desplazamiento ya de 700.000 rohingya a Bangladesh (un país pobre en el que, los que consiguen llegar, malviven en campamentos refugiados). En la antigua Birmania quedan unos 500.000 rohingya que siguen sufriendo "el acoso y la persecución" por parte del ejército.

¿Por qué se les persigue? Los rohingya son una minoría musulmana en un país de mayoría budista, presidido por Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz. Así lo ha recordado Silvia Cano, la presidenta de la Comisión de Asuntos Sociales y Derechos Humanos del Parlament, con quien Khin se ha reunido hoy. Además, Tun Khin se encontró también con representantes de Cort, con el president del Parlament y con la consellera Fina Santiago. Por la tarde, imparte una conferencia en el centro Flassaders sobre las causas y posibles soluciones a esta limpieza étnica (reconocida como tal por la ONU).

La situación descrita por Khin, tanto de los compatriotas que se han quedado en Myanmar, como la de los exiliados, es de una dureza casi inimaginable. "Mi abuelo fue miembro del Parlament y mi padre fue alto funcionario, los rohingya somos parte del pueblo de Birmania y tenemos derechos, pero estamos sufriendo un exterminio sistemático por parte del ejército", explicó: "Más de 500.000 personas han salido del país han salido, miles han muerto, miles de niños están sin sus padres en campos de refugiados, miles de mujeres han sido violadas, muchas no saben dónde están sus maridos...".

Hace tres semanas Khin estuvo en Bangladesh donde le explicaron terribles relatos sobre lo que ésta sucediendo en su país: "Ahora ya no queman aldeas enteras, pero cada vez que el ejército va quema tres o cuatro casas y les asedian, no dejan a los rohingya ir al hospital, al mercado, a pescar...", ha narrado. Son situaciones "inimaginables", ha asegurado: "Me contaron que los soldados violaban a las mujeres, cogían a los bebés y los tiraban al fuego".

El coordinador de Amnistía Internacional en Balears, Francisco Palacios, ha acompañado a Khin en su tour institucional y ha reclamado que "la voz masacrada de los rohingya sea escuchada". Ha condenado lo que a su entender son "crímenes de lea humanidad" y ha reclamado que sus responsables sean juzgados por ellos en el Tribunal Internacional de La Haya.

Tun Khin ha subrayado esta petición: "El ejército está actuando con impunidad porque la comunidad internacional no está actuando de forma eficaz y pedimos justicia, queremos que los responsables pasen por los tribunales internacionales de guerra". Ha concluido su intervención ante los medios recordando: "No reclamamos un Estado ni la independencia, solo queremos vivir con dignidad, respeto y seguridad en nuestro país".