Contra viento y marea, pero también contra los movimientos de ultraderecha, el pasotismo de gobiernos europeos y los guardacostas de Trípoli muy dados a las devoluciones 'en caliente', la ONG catalana Proactiva Open Arms surca el corredor marítimo entre Italia y Libia para no dejar a ningún refugiado a la deriva ni a las puertas de llegar a las costas italianas.

Lo hace a bordo de barcos de rescate como el remolcador Open Arms o el velero Astral, que ayer recaló en el Real Club Náutico de Palma como parte de un itinerario por diversos puertos de Balears para dar a conocer su misión a la sociedad, que hasta la fecha ha permitido la salvación de más de 15.000 personas en el Mediterráneo central.

El Astral cuenta con una decena de personas en la tripulación: un capitán, dos equipos de rescate formados por dos patrones y cuatro socorristas, un cocinero, un médico, un mecánico y dos periodistas. Uno de sus voluntarios es el mallorquín Rubén Lago, que explica que ha participado en siete misiones en el Mediterráneo central. "Siempre he estado muy concienciado con la situación de los refugiados, y tenía ganas de trabajar de verdad por ellos", apunta Lago, que en la actualidad ejerce de coordinador de voluntariado en Proactiva Open Arms.

La escena más impactante

En este tiempo, la escena que más le ha impactado es la de un adolescente de 15 años al que rescataron junto a otras personas. Llevaba una camiseta blanca de manga corta, en la que estaban escritos sus datos personales: nombre, apellidos, dirección de origen... "Se lo había apuntado, para que, si moría ahogado, pudiesen reconocer el cuerpo", explica Lago, quien incide en que el fenómeno de los inmigrantes que se juegan la vida para llegar a Europa no es ajeno a Mallorca. El año pasado, recuerda, llegó una veintena de pateras a la isla. El estado en que se encuentran a los refugiados que salen de la costa libia, punto de confluencia de subsaharianos, sirios y otras nacionalidades víctimas del cóctel amargo de miseria y guerra, "es cada vez peor", subraya Lago. Una idea que remarca también otra voluntaria, Marta Talayero, quien ejerce de médico y relata frecuentes casos de "hipotermia y desnutrición". El Astral dispone a bordo de un equipamiento sanitario para atender las emergencias, incluido un ecógrafo, ya que "vienen muchas mujeres embarazadas", indica. "Trabajamos con muy poco margen. Siempre estamos al borde de la tragedia", sintetiza el capitán del velero, Riccardo Gatti. Y en esa línea se pronuncia el marino mercante Juan Rodríguez, quien explica que los traficantes de personas no viajan con estos inmigrantes que se embarcan en una aventura de 300 millas náuticas entre Libia y la costa italiana. "Les dan una brújula y unas indicaciones sobre cómo llenar de gasolina el depósito. Nadie sabe nada de navegación", comenta.

Por su parte, Gatti, un italiano que se enroló en la ONG en septiembre de 2016, informa de que, a las complicaciones intrínsecas de un rescate en el mar, se une el comportamiento poco colaborativo de los guardacostas libios.

Guardacostas libios

"Una vez nos detuvieron y nos amenazaron con dispararnos", cuenta Gatti. Él responsabiliza a estos vigilantes de la costa de llevar a cabo devoluciones 'en caliente' a territorio libio toleradas e incluso sufragadas por los gobiernos europeos. "Es una vergüenza", señala el capitán, quien, en cambio, destaca el papel desempeñado por la sociedad civil a la hora de colaborar con la ONG.

Otro factor que juega en contra de la ayuda humanitaria son las campañas xenófobas protagonizadas por movimientos de ultraderecha que llegaron a fletar un barco en la zona con una pancarta que decía 'No haréis de Europa vuestra casa'. El tripulante mallorquín David Lladó rememora un encontronazo con el buque xenófobo. "Se dedicaron a ocupar canales de radio para soltar su discurso. También estuvieron gritando con altavoces", detalla.

Hasta el 5 de marzo, el Astral se podrá visitar de forma gratuita en el Real Club Náutico de Palma, de 10 a 13 horas y de 16.30 a 20 horas. El 6 de marzo llegará a Puerto Portals; el 8 de ese mismo mes, estará en Sóller, y el 9, en Alcúdia.