Una nueva sentencia respalda al juez Penalva y el fiscal Subirán por su línea de trabajo en el caso Cursach. Se trata de una decisión judicial que tiene una especial trascendencia porque se condena al ciudadano rumano que agredió a uno de los testigos protegidos. Es la agresión que padeció un antiguo trabajador de la discoteca Tito's, que ha venido sufriendo, no solo palizas, sino también una campaña de desprestigio, sobre todo a través de las redes sociales, promovida por abogados próximos al empresario. Con esta estrategia se pretendía demostrar, aunque con poco éxito, que el testigo protegido número 29 era un mentiroso y, por tanto, sus declaraciones no tenían el mínimo rigor, y mucho menos para condenar a una persona. Sin embargo, esta sentencia derriba esta campaña en su contra.

La sentencia es contundente, por cuanto condena a más de tres años de prisión a Florian Bogdan Puscasiu. La juez Juana Ana Arbona, del juzgado de lo Penal número 6 de Palma, le declara culpable, como sostenía la fiscalía Anticorrupción, de los delitos de obstrucción a la justicia y lesiones. Además de cumplir la pena en la cárcel, deberá indemnizar a la víctima con 8.000 euros por las lesiones que sufrió. El testigo protegido tiene previsto destinar este dinero a la fundación Clara Campoamor, de víctimas de violencia de género. Así, la sentencia declara probado que el excamarero de la discoteca de Cursach fue agredido en la madrugada del pasado día 30 de junio.

La agresión

Dos individuos, de los que únicamente se ha identificado a uno, lo abordaron en el aparcamiento de su casa. Lo cogieron por la espalda y lo tiraron al suelo, y mientras le propinaban patadas y lo arrastraban, le decían que la agresión era por la situación que sufría Marian, que es otro rumano que ya fue condenado por amenazas al mismo testigo.

No es la única vez que este colaborador de la investigación ha sido agredido o amenazado, han sido varias veces, si bien la juez cree que no hay pruebas para relacionar al acusado con estos episodios.

La juez ha tenido que valorar dos versiones completamente opuestas sobre unos mismos hechos. Por una parte, la declaración de la víctima, que no tuvo ninguna duda en identificar al acusado, sobre todo porque formaba parte del grupo de rumanos que le viene persiguiendo desde que se convirtió en testigo protegido del caso Cursach. Y por otra, la versión de Florian, que no solo negaba los hechos, sino que aportaba la declaración de varios compatriotas, que vivían con él, que aseguraban que el día de los hechos estaba con ellos en el piso que comparten. Y la juez, sin ninguna duda, se decanta por dar credibilidad a la víctima frente a la declaración del acusado y la coartada de sus amigos, a los que no ha creído en absoluto por las contradicciones de su declaración. Otra prueba, valorada por la juez, es el informe sobre el posicionamiento de sus teléfonos el día de los hechos. A ninguno de ellos se les sitúa esa noche en el piso donde afirman que estuvieron con el acusado.

No es la única vez que se detecta que estos tres ciudadanos rumanos mentían. Ya lo detectaron el juez Penalva y el fiscal Subirán. Cuando se les tomó declaración el abogado de Florian realizó una grabación clandestina del interrogatorio. Fue la grabación que después aportó como prueba en la querella que presentó ante el Tribunal Superior de Justicia para que se actuara contra el juez Penalva y el fiscal Subirán, acusándole de graves delitos en su actuación profesional. Una querella que después fue ampliada con otras denuncias, en las que se llegó a pedir la detención de los dos funcionarios judiciales. Sin embargo, el TSJB, que no se limitó a realizar un trabajo superficial, sino que analizó a fondo todas las pruebas, incluidas las grabaciones, llegó a la conclusión de que los hechos que se denunciaban no respondían a la realidad, de allí que ni siquiera aceptara a trámite la querella.

Coacciones

Es la segunda sentencia en la que se concluye que el excamarero de Tito's no está mintiendo, a pesar de los constantes ataques que ha venido sufriendo con el único propósito de minar su credibilidad. Otra juez también le creyó cuando denunció que un antiguo trabajador de Cursach le coaccionó para que no declarara. En la agresión cometida por Florian, no solo se ha valorado la versión de la víctima, sino de otros testigos, sobre todo de una vecina que identificó al acusado merodeando por el domicilio al día siguiente de la agresión.