Las fuertes restricciones aplicadas por el Govern al alquiler turístico de viviendas está provocando que muchos propietarios estén optando por ponerlas a la venta y recoger los beneficios que conlleva la fuerte revalorización que estos inmuebles han registrado durante los últimos años, según destaca el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Balears, José María Mir. El motivo es que los dueños de estos pisos buscan evitar el tener que destinarlos al alquiler para residentes, que conlleva el tener estas propiedades comprometidas durante tres años, con menores rentabilidades y con el riesgo de tener que hacer frente a impagos.

José María Mir advierte de que las restricciones al alquiler turístico no están suponiendo una mejoría del mercado para residentes, en el que la escasez de viviendas en oferta y lo elevado de las rentas que se reclaman sigue siendo un grave problemala escasez de viviendas en oferta y lo elevado de las rentas que se reclaman sigue siendo un grave problema, especialmente en municipios como Palma o Calvià.

El efecto que la modificación de la legislación en esta materia ha tenido, especialmente por la aplicación de multas de hasta 40.000 euros por la oferta no autorizada de pisos en plataformas de comercialización turística, ha sido un fuerte recorte de los que se anunciaban en estas últimas a la espera de tener mas información sobre las zonificaciones y las posibilidades de volver a incorporarse a este mercado. Pero sin desviarse hacia el alquiler para residentes, según destaca el presidente de los API en las islas.

Lo que ha sucedido es que una parte de esas viviendas que antes se ofrecían a los turistas han entrado en un 'limbo' inmobiliario, optando los propietarios por mantenerlas 'congeladas' a la espera de que se aclare la situación de la comercialización turística, especialmente de cara a la Semana Santa y el verano.

Pero otra parte se ha dirigido a la venta de segunda mano, y a unos precios que distan de ser baratos, según pone de relieve José María Mir, tanto por ser inmuebles recientemente restaurados como por sus ubicaciones, en muchos casos en el centro de Palma, es decir, precisamente un tipo de producto que concentra buena parte de la demanda extranjera para acceder a una segunda residencia en Mallorca.

Hay que tener en cuenta que se había generado un movimiento destinado a la adquisición de inmuebles como inversión, de la mano de las elevadas rentabilidades que se obtenían con el alquiler a visitantes frente a la nula que ofrecen actualmente las entidades financieras en sus cuentas de ahorro, y no eran pocos los casos que eran esos ingresos por alquiler los que estaban ayudando a cubrir los costes de la hipoteca.

Recogida de beneficios

Ante el riesgo existente a ser multado, una parte de esos propietarios han optado ahora por vender esos inmuebles aprovechando además el fuerte aumento que también se está dando en el valor de la vivienda en la isla. Es decir, se aprovecha la ocasión para recoger unos beneficios que en absoluto son despreciables, en lugar de entrar en el mercado para residentes por los riesgos que conlleva.

En este aspecto, José María Mir recuerda que la morosidad en el caso de los alquileres turísticos es prácticamente nula. Por el contrario, el riesgo se eleva en los destinados a la población residente, especialmente si la renta que se pretende obtener por ellos es muy elevada, tal y como está sucediendo en estos momentos en el mercado mallorquín.