La decisión de Biel Barceló de continuar como diputado en el Parlament no sólo contó con oposición interna en Més, sino que la propia cúpula del partido le pidió antes abandonar su escaño.
Después de dimitir como vicepresidente y conseller de Turismo del Govern, la Ejecutiva de la formación ecosoberanista le trasladó que prefería que dejara el acta. Barceló desoyó al partido y una semana después y por su cuenta anunció que mantendría el cargo.
Después de abandonar a finales del pasado mes de diciembre la vicepresidencia del Govern tras la polémica por sus vacaciones pagadas en Punta Cana, Barceló anunció que abría un "periodo de reflexión" para decidir si su dimisión del Ejecutivo iba también aparejada a su salida del Parlament o si mantendría el escaño. Iniciado el año y todavía en ese periodo, previo a que se reanudara la actividad en el Parlament, la Ejecutiva del partido abordó la situación del que fuera su líder en una reunión que tuvo lugar la segunda quincena de enero. Si bien no hubo unanimidad de sus miembros, una mayoría de la cúpula coincidió en que era preferible que entregara su acta y abandonara también el Parlament.
Malestar por su continuidad
Pese a que no se votó ni tampoco se tomó una decisión formal, se acordó trasladar a Barceló el parecer del máximo órgano del partido, contrario a su continuidad. En los días siguientes a esa reunión, la Ejecutiva le comunicó al exvicepresidente la opinión mayoritaria de que era mejor que dejara su escaño en el Parlament.
Transcurrida una semana y sin comunicarlo previamente al partido, el propio Barceló informó a los medios de que después de reflexionar había decidido seguir como diputado de Més. Una decisión a la que llegó desoyendo a la cúpula de la formación y sin informar al grupo parlamentario.
Al no haberse tratado en ningún momento de una decisión formal de la Ejecutiva, el exvicepresidente no llegó a desobedecer al partido y, por tanto, más allá del malestar generado, la cúpula no ha previsto actuar contra Barceló.
Cabe recordar que el exvicepresidente, que ayer se estrenó en la tribuna del Parlament después de su paso por el actual Govern en el debate sobre la prisión permanente revisable, dimitió como número dos del Ejecutivo después de perder el apoyo tanto de la presidenta del Govern, Francina Armengol, como de su propio partido por viajar invitado por Canal 4 Televisió a Punta Cana, en unas vacaciones que corrieron a cargo de Air Europa. La polémica llegó después de las imputaciones y dimisiones de sus principales colaboradores, Toni Muñoz y Pilar Carbonell, por el caso Contratos y el caso Cursach respectivamente.
