No hay informe sobre la situación del mercado inmobiliario de las islas que no destaque la fuerte subida que se está registrando tanto en su precio de compra como, muy especialmente, en el de los alquileres, hasta el punto de que incluso el Consejo de la Juventud de España está advirtiendo que estas últimas rentas son incluso superiores al salario de la mayoría de los menores de 25 años, lo que supone bloquear su emancipación a no ser que se opte por compartir la vivienda para así repartir los gastos.

Y nada permite pronosticar que esta situación va a cambiar. Según pone de relieve el presidente del colegio balear de agentes de la propiedad inmobiliaria, José María Mir, estas rentas se han incrementado en tres años alrededor de un 30%, con una tasa del 9% durante el pasado ejercicio, y todo apunta a que a lo largo de 2018 esta subida se va a mantener en el entorno del 8% o el 9%.

Suelos de 800 a 1.000 euros

Eso supone que en Palma y en alguno de los municipios más próximos sigue siendo muy difícil encontrar alquileres por debajo de los 800 o 1.000 euros mensuales, salvo en las zonas más degradadas o en el caso de viviendas antiguas y con una conservación más deficiente

Desde las asociaciones de consumidores de las islas se ha lamentado precisamente que inquilinos que no han dado ningún problema al titular del inmueble se estén encontrando a los tres años del contrato con exigencias de subidas de precios que se mueven entre el 30% y el 40%, cuando los salarios se han mantenido prácticamente congelados durante ese periodo, lo que está obligando a muchas familias a cambiar de residencia o, en el caso de aceptar la subida, hacer frente al riesgo de entrar en morosidad.