Jaime Garau cumplió varios meses de prisión preventiva junto a otros compañeros implicados en la trama corrupta que investiga el juez Penalva. Ayer denunció las lamentables condiciones en las que estaban los funcionarios, todos juntos, y en una sala con un espacio insuficiente. Aseguró que no tenían contacto con el resto de presos y que había días que ni siquiera podían ver la luz solar porque las salidas al patio eran mínimas.

El agente se negó a mirar a la cara al fiscal Miguel Ángel Subirán mientras le estaba interrogando. Se quejó del comportamiento que tuvieron con él mientras estuvo detenido y antes de enfrentarse a las preguntas pidió a la juez que velara para que "se defiendan mis derechos y no se me insulte".