PSIB y Més desbloquearon ayer el decreto para la aplicación en la sanidad pública balear del catalán como requisito para el acceso a un puesto en el Ibsalut, tras una jornada de reuniones cuyo resultado no se supo hasta que el acuerdo negociado entre las cúpulas de los partidos en el Govern no recibió el visto bueno del Consell Polític de Més, aunque se seguirá negociando ya que quedan detalles por cerrar. El acuerdo mantiene el catalán como requisito, pero rebaja las condiciones para cumplirlo ya que se exigirá a los dos años de haber aprobado las oposiciones. Eso significa que el conocimiento del catalán no supondrá una limitación para presentarse a estas pruebas, pero quienes las superen deberán acreditar a los dos años que tienen el nivel exigido en cada caso. Mientras, no tendrán la plaza fija en propiedad ni acceso a la carrera profesional.

Durante la jornada de ayer PSIB y Més intensificaron los contactos entre sus cúpulas en el Govern para alcanzar un consenso con el objetivo de llegar hoy con al menos un principio de acuerdo al pleno del Parlament, en el que la presidenta Francina Armengol deberá contestar a las preguntas sobre este asunto de los portavoces del PP y de Ciudadanos, Marga Prohens y Xavier Pericay.

La pasada semana las discrepancias entre los socios del Govern se habían profundizado hasta el punto de hacerse pública la intención de los socialistas de retirar el decretointención de los socialistas de retirar el decreto, lo que provocó la inmediata reacción de Més. Los econacionalistas dejaron claro que no aceptarían esta medida por parte del PSIB, a cuyos representantes en el Govern presentaron el viernes por la tarde una propuesta por escrito. En ella, Més accedía a bajar el nivel de catalán exigido y se incorporaba el criterio que planteó el PSIB para que la aplicación del catalán como requisito fuera en diferido, es decir, a los dos años de haber obtenido una plaza en el Ibsalut.

Así, la propuesta formal por escrito la planteó el equipo negociador de Més, formado por la vicepresidenta del Govern y la consellera de Asuntos Sociales, Bel Busquets y Fina Santiago, y la directora general de Política Lingüística, Marta Fluxà. Durante la mañana de ayer cerraron flecos con el PSIB en el Govern. Sin embargo, cuando parecía que el consenso ya era una realidad, los econacionalistas comunicaron a sus socios que ese principio de acuerdo alcanzado en el Ejecutivo debía ser ratificado en el Consell Polític del partido, lo que provocó malestar en las filas socialistas.

En Més no todos estaban conformes con la rebaja, aunque primó la necesidad de no retrasar más el acuerdo con el fin de poder convocar las oposiciones.

Así, en principio, el nivel de catalán exigido para médicos y enfermeros sería el B1, en lugar del B2 previsto inicialmente. Para categorías menores, como celadores, se exigiría el A2, en lugar del B1 inicial. A quienes al aprobar las oposiciones dispongan del certificado que acredite el nivel de catalán exigido, se les asignará una plaza definitiva. El resto dispondrá de dos años para obtenerlo y si, transcurrido ese tiempo no acreditaran el nivel de catalán exigido, mantendrían un puesto de trabajo pero no podrían acceder a la carrera profesional, por ejemplo. Sin embargo, PSIB y Més aún tienen que perfilar distintos detalles del decreto antes de considerar el acuerdo definitivamente cerrado

Negociaciones

Durante la mañana de ayer representantes de los distintos partidos del Pacto daban por hecho que el acuerdo entre PSIB y Més era inminente. "Acuerdo seguro que habrá y habrá decreto del catalán", afirmaba la portavoz adjunta del grupo parlamentario socialista, Bel Oliver, quien insistía en que las negociaciones entre los dos partidos se centraban en consensuar un sistema que "conjugue el derecho del catalán y el derecho a la asistencia sanitaria de calidad en las islas".

David Abril, portavoz de Més per Mallorca, se mostraba más cauto respecto a cuando se cerraría el acuerdo: "en unos días". Lo importante, a su juicio, es que el consenso debía basarse en "respetar que se tienen que saber las dos lenguas de Balears para acceder a la sanidad pública", por lo que el catalán debía ser un requisito.