La hepatitis A está causada por un virus altamente resistente a las condiciones ambientales que se denomina del mismo modo que la enfermedad (virus hepatitis A ). Se asocia a una mala higiene personal y a la falta de agua depurada.

Este tipo de hepatitis se presenta generalmente de forma aguda con aparición brusca de fiebre, malestar, cansancio, náuseas y trastornos abdominales, seguido de ictericia (la piel adquiere un tono amarillento). La gravedad de la enfermedad, según el Ministerio de Sanidad, aumenta con la edad. Los niños pequeños no suelen desarrollar síntomas, mientras que en los adultos puede ser grave. De hecho, en los casos más extremos suele ser necesaria la hospitalización del paciente.

¿Cómo se contagia la hepatitis A?

El virus se replica en los hepatocitos, se libera en la secreción biliar y se encuentra en altas concentraciones en las heces. Por ello, la forma de contagio más habitual de la hepatitis A es la vía fecal-oral, mayoritariamente en relaciones sexuales sin protección. No obstante, la web del Ministerio de Sanidad advierte de que también puede provocar el contagio el consumo de agua y alimentos contaminados.

Una vez se ha producido el contagio,al tratarse de una enfermedad benigna con curación espontánea en la mayoría de los casos todos los casos, los pacientes no requieren ningún tratamiento específico. Se indica descanso, buena alimentación e hidratación y evitar la ingesta de bebidas alcohólicas.

¿Es necesario vacunarse contra la hepatitis A?

Se estima que en el mundo se producen, anualmente, alrededor de 1,5 millones de casos de hepatitis A. España es un país con baja endemicidad de hepatitis A, -menos de 1,5 casos notificados por 100.000 habitantes entre 2012 y 2015-, por ello el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud recomienda la vacunación selectiva en grupos de riesgo.

La vacunación sistemática no se recomienda, aunque Cataluña y las ciudades de Ceuta y Melilla incluyen esta vacunación en niños.