Hasta el momento se han notificado 33 casos de contagio por hepatitis A, tres de los cuales serían terciarios -esto es, por contacto posterior con alguno de los afectados- por comer en un restaurante de Palma, confirmó ayer Maria Ramos, directora general de Salud Pública.

Diversas fuentes a las que ha tenido acceso este diario revelaron que el establecimiento donde se inició este brote de hepatitis A es el restaurante Can Terra.

La hepatitis A es una enfermeda vírica que se transmite por vía oral y fecal y cuyos síntomas suelen ser leves en la mayoría de los casos. Su período de incubación oscila entre los 15 y los 60 días por lo que no se puede descartar que aparezcan nuevos casos.

Ramos explicó la película de los hechos. El pasado 10 de diciembre un médico de cabecera se puso en contacto con Salud Pública para comunicar que tenía dos pacientes con hepatitis A que le habían declarado que habían comido en el mismo restaurante antes de tener los síntomas.

Salud Pública revisó los últimos avisos-la hepatitis A es una enfermedad de declaración obligatoria- y constató que entre ellos figuraba un trabajador del mismo restaurante en el que se habrían contagiado los dos pacientes del médico de Atención Primaria.

Más de dos casos, brote

"Cuando tienes más de dos casos ya se considera que se está ante un brote y, por tanto, al confirmarse el positivo del trabajador, avisamos al departamento de Seguridad Alimentaria que, el 19 de diciembre, cursó una visita al establecimiento", relató la directora general de Salud Pública.

En el trascurso de la inspección, los funcionarios detectaron una serie de deficiencias con la higiene, que el establecimiento de comidas carecía de agua caliente o que algunos de los trabajadores no acreditaban la preceptiva formación como manipuladores de alimentos, concretó la responsable de Salud Pública que, sin embargo, matizó que todos estos hechos no son suficientes para proceder a cerrar el local. "En ese momento no era necesario tomar esa medida", recalcó.

No obstante, se puso en alerta a todos los médicos para que estuvieran pendientes de la aparición de nuevos casos de este brote epidémico.

"También hablamos con el servicio de prevención de riesgos laborales del restaurante para que vigilaran la evolución de los empleados de su plantilla. Y con estas medidas fueron apareciendo nuevos casos en los siguientes días hasta alcanzar un total de 25 personas infectadas", continuó Maria Ramos, que añadió que entre estos nuevos contagios había tres de los trabajadores del restaurante que fueron notificados por su propio servicio de prevención laboral. Así, en total, cuatro de los trabajadores eran portadores del virus.

Ante el cariz que estaba adquiriendo el brote, los inspectores de Seguridad Alimentaria volvieron al establecimiento el pasado 10 de enero y, tras emplazar a sus responsables a retirar todos los alimentos que ya tenían preparados para servir al público así como a efectuar una desinfección completa del local, procedieron a cerrarlo. El restaurante estuvo clausurado desde ese mismo día 10 de enero hasta el pasado viernes 19, revetla de Sant Sebastià.

Ramos, que reveló que la hepatitis A es una enfermedad que cursa con síntomas de malestar, cansancio, fiebre e ictericia (la piel adquiere un tono amarillento), subrayó que no tiene otro tratamiento más que esperar entre diez días y dos semanas a que se pase. "Se trata de una enfermedad aguda que no reviste gravedad salvo si eres una persona mayor o con patologías asociadas", añadió.

Preguntada por el estado de los afectados por este brote epidémico, la directora general aseguró que "todos están bien. Algunos han estado ingresados, aunque durante pocos días, hasta evaluar su estado.

La mayoría ha terminado de recuperarse en sus casas". Sobre las tres infecciones terciarias, explicó que para producirse tiene que haber un contacto íntimo o compartir una comida con una persona infectada, por lo que emplazó a todos los afectados a extremar las medidas de higiene para no causar nuevos contagios.