La temporada turística seguirá creciendo en Baleares. Al menos, será más larga. Y eso que la pasada ya lo fue. La presidenta del Govern, Francina Armengol, habló el martes de una temporada que dura ya ocho o nueve meses, y hoy la vicepresidenta y consellera de Turismo, Bel Busquets, ha dado el detalle: en el pasado mes de noviembre aumentaron un 16 por ciento los turistas en las islas y su gasto creció un 24 por ciento respecto al mismo mes de 2016. En gran medida, gracias a que los turistas del resto de España ven cada vez menos las islas como su destino de sol y playa y deciden visitar el archipiélago también en primavera y otoño. Este mercado, que es el que ahora está en juego en Fitur, subió un 12 por ciento entre los meses de febrero y mayo y octubre y noviembre. Para 2018, la previsión es que se consolide esta tendencia.

Aunque es pronto para hablar de las reservas del mercado español, en esta feria turística todo apunta a que seguirá respondiendo y lo hará especialmente en la temporada baja. Por lo que respecta a esta próximo verano, y atendiendo al resto de mercados, mientras los gigantes hoteleros, que son quienes más camas tienen, lo ven con optimismo y la Federación Hotelera se muestra prudente ante la bajada de reservas en un segmento del sector más allá de los grandes, desde el Govern hablan de que el número de turistas se mantendrá sin grandes cambios.

No obstante, Busquets celebra que en lo que se refiere al mercado español, el pasado verano hubiera un descenso de poco más del 4 por ciento en los meses de más puntas -julio y agosto-. Desde el Govern interpretan estos resultados como un éxito de la campaña Better in Winter y de la estrategia diseñada por el anterior equipo de Turismo, liderado por Biel Barceló, para repartir la saturación del verano durante el resto del año. En este sentido, el Govern confía en que si tiene que haber una variación en verano sea a la baja. Algo que aún no ven claro los hoteleros.