El decreto sobre el catalán como requisito para trabajar en la sanidad pública balear continúa tensando las relaciones entre PSIB y Més, los dos socios del Govern, con los econacionalistas dejando clara su postura de no ceder en nada que suponga una rebaja en esta exigencia y los socialistas reticentes por el riesgo de que pueda dificultar el que queden cubiertas todas las plazas. Aunque el Govern niega que esté retrasando la aprobación de este decreto, todavía no ha enviado al Consell Consultiu el texto para que dé su dictamen que, si bien no es vinculante, sí es necesario para su aprobación definitiva, como informó DIARIO de MALLORCA la pasada semana.

David Abril, portavoz parlamentario de Més, declaró ayer que si en los próximos días no hay avances llevarán el asunto a la comisión de seguimiento de los partidos del Pacto, que se reunirá el miércoles. "Más allá de cuestiones lingüísticas, de este decreto depende la convocatoria de oposiciones en la sanidad y, aunque todavía estamos a tiempo, no podemos arriesgarnos a que se acaben retrasando", dijo Abril.

Recordó que el propio texto del decreto contemplaba excepciones para no correr el riesgo de falta de profesionales por no tener el nivel de catalán exigido. "No deberían crearse polémicas donde no las hay, los problemas que puede haber para cubrir las plazas en la sanidad se deben, por ejemplo, a las dificultades para acceder a la vivienda, pero no tienen que ver con el catalán", dijo Abril. Añadió que "los mismos que ahora están en contra del catalán como requisito en la sanidad pública balear, callaban cuando en la pasada legislatura se recortaba y había mil trabajadores menos".

"El IB-Salut no puede ser ajeno a los acuerdos del Pacto", sostuvo Abril quien insistió en que el catalán como requisito para el acceso a la administración balear, incluyendo el IB-Salut, forma parte de los acuerdos de gobernabilidad suscritos por PSIB, Més y Podemos.

Para los socialistas se trata de un tema delicado, ante el temor de ser acusados de que las elevadas exigencias de catalán provoquen que queden plazas sin cubrir. Así, se trata de un asunto que ha provocado tensiones entre PSIB y Més desde que el pasado verano el director general del IB-Salut, Juli Fuster, firmara una resolución en la que se eximía a médicos y enfermeros de acreditar el nivel B2 de catalán, lo que provocó una dura reacción de Més que obligó al Ibsalut a dar marcha atrás ese mismo día.

El pasado 17 de noviembre, el nuevo texto pasó el trámite de negociación en la mesa sectorial de sanidad, donde todos los sindicatos votaron en contra salvo UGT y SAE, que se abstuvieron. Cuando ya han pasado dos meses desde entonces, el decreto aún no se ha enviado al Consultiu y todo indica que se encuentra parado.