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Opinión

Pecados de un mercado subordinado al turismo

El número de fraudes en la contratación de trabajadores en Balears crece con vigor. Entre el millar de infracciones sancionadas por la Inspección de Trabajo, un 8% más, los empresarios sienten especial predilección por moldear las jornadas laborales a conveniencia. Vulnerar descansos y obligar a trabajar horas extras no retribuidas figura en el manual de muchos empleadores que siguen creyendo que más horas de producción son sinónimo de productividad.

La Inspección ha recopilado todos los pecados capitales propios de un mercado laboral subordinado al turismo. Una economía que lo fía casi todo a unos meses durante la temporada alta suele degenerar en jornadas interminables, abusos de poder y trabajadores extenuados. En cada isla debería levantarse una estatua en homenaje al camarero exánime.

El fraude detectado por la conselleria de Trabajo alcanza a 14.000 trabajadores, dos mil más que un año antes. Son cifras mayúsculas, alimentadas por unos empresarios cicateros y unos sindicatos que desde hace años solo son parte del decorado. Con estos actores no queda otra que confiar en la labor fiscalizadora del Goverrn de turno.

El departamento que dirige Iago Negueruela, en otra vida inspector de Trabajo, ha hecho aflorar 30.000 contratos fraudulentos durante la presente legislatura.Es un dato notable y que de nuevo corrobora que en materia laboral importa más la calidad que la cantidad.

La precariedad se focaliza en el sector servicios, pero no será este Govern el que siente las bases para diversificar el modelo económico. Los récords de llegadas de turistas no se han traducido en una mayor inversión en el sector de la I+D+i, que sigue financiándose con un pírrico 0,33% del PIB. Otra legislatura perdida.

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