El universo aeroportuario no es sólo el hábitat de moradores con maletín y muchas prisas; mochileros con ganas de aventura; sufridas familias con niños; pilotos y azafatas a la carrera; operarios y personal de servicios varios... Por este ecosistema de terminales y largas pistas de despegue y aterrizaje, se mueven también animales que buscan refugio o algún alma caritativa que les alimente en la vasta extensión del recinto. Gatos, sobre todo. Y conejos y cigüeñas y castores y perros. Una fauna hacia la que se dirige una de las últimas instrucciones emitidas por AENA, válida para todos los recintos aeroportuarios de España, incluido el de Palma. El organismo estatal ha prohibido que los empleados del aeródromo les alimenten.

"Salvo en relación con las labores de asistencia realizadas de acuerdo a la normativa vigente, se prohíbe el suministro de alimentos a animales, instalación de comederos o refugios. Se prohíbe cualquier tipo de conducta que favorezca la presencia y/o formación de colonias de animales", reza la mencionada instrucción, que entró en vigor el martes de esta semana.

Críticas sindicales

La orden ha provocado críticas sindicales, con la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) a la cabeza. Una de sus portavoces, Elena Andrés, quien es trabajadora de AENA en Madrid y colabora con protectoras de animales, manifiesta: "Nosotros no queremos iniciar una guerra contra nadie. Sólo queremos que estos animales que son mascotas y que son considerados seres sintientes, tengan una gestión ética por parte de AENA. Jamás nos opondríamos a atender a perros, gatos o cualquier otro animal necesitado de auxilio".

En declaraciones a este diario, Andrés recuerda que la medida se aplica sobre los operarios de plataforma (la zona en que los aviones están aparcados), al tiempo que advierte de las graves consecuencias que tendrá para los que incumplan la prohibición: "Los incumplimientos de la normativa de seguridad en plataforma supondrán una acumulación de puntos negativos que podrá implicar la retirada provisional o definitiva del permiso de conducción en plataforma".

Andrés expuso que los animales que se encuentran en los aeropuertos pueden haber sido perdidos por los pasajeros o, incluso, abandonados por ellos. A modo de justificación de esta medida de seguridad, AENA señaló esta semana que no se permitirá dar de comer a animales en la zona de movimiento de aeronaves para "evitar focos de atracción de animales, especialmente aves, por el riesgo que supone para la aviación, los pasajeros y los propios animales".

El organismo estatal recalca que la norma de seguridad en plataforma reserva en exclusiva la atención animal a un departamento propio de Aena, el servicio de control de fauna. "Lo que va a hacer el servicio de control de fauna es la recogida selectiva", manifestó la jefa de división de Calidad y Medio Ambiente de AENA, Ana Salazar, en declaraciones a TeleMadrid. Ante esto, el sindicato CSIF concede que la presencia descontrolada de animales puede representar un peligro para aeronaves y pasajeros, pero subraya que, una vez asentados en un recinto aeroportuario, no se puede prohibir darles de comer, porque eso sería "maltrato animal".