La resaca de la Nochevieja se vivió en el aeropuerto de Palma en forma de largas colas en el control de pasaportes, reviviendo, en menor escala, el colapso que se produjo en algunas jornadas del verano con los pasajeros que no pertenecen al espacio Schengen, sobre todo británicos.

El malestar se palpó entre quienes les tocó esperar el día de Año Nuevo en Son Sant Joan a efectos de cumplimentar este trámite que, por lo general, se solventa con un menor tiempo de espera.

Consultado ayer al respecto, el Sindicato Unificado de Policías (SUP) de Balears comunicó que no tenía constancia de ninguna incidencia especialmente grave.

Situación puntual

Esta representación sindical informó de que, si hubo instantes en que la espera se prolongó demasiado, esta situación pudo deberse a una punta de trabajo, como las que se pueden producir a veces por la acumulación de varios vuelos o una puntual falta de personal.

En la misma línea se expresaron fuentes del aeropuerto de Palma, que señalaron que no se habían registrado incidencias de consideración y que, en todo caso, pudo registrarse alguna cola puntual.

A las personas que lo vivieron en primera persona la situación les chocó desde el momento en que el uno de enero no es un día de especial movimiento aeroportuario en Son Sant Joan, a diferencia de lo que sucede con los momentos punta de julio o agosto, coincidiendo con las grandes operaciones de entrada y salida de pasajeros.

Así sucedió, por ejemplo, el pasado verano. El problema adquirió entonces una importante resonancia mediática, ya que la prensa británica se hizo eco de las largas colas a las que tenían que hacer frente sus compatriotas a la hora de cumplimentar este trámite en el aeropuerto de Palma.