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Tribunales

Penalva afirma que si se le aparta del caso Cursach podrá recuperar su vida

El magistrado, sin embargo, insiste en seguir al frente de la investigación y rechaza la recusación

El juez critica el comportamiento de algunos abogados del caso Cursach. b. ramon

El juez Penalva defiende su continuidad al frente de la investigación del caso Cursach, porque entiende que su actuación ha sido imparcial, sin mostrar nunca un interés personal en que se condene a determinadas personas que están siendo investigadas en esta causa. El magistrado se despacha a gusto en un escrito de más de 200 folios, con el que pretende convencer a los jueces de la Audiencia que no tienen razón los letrados, ni tampoco la fiscalía, que han solicitado su recusación. Es más, sostiene que si la Audiencia "entiende oportuno separarme del conocimiento de esta investigación, ya casi concluida, les puedo asegurar que recuperaré mi vida, mi tranquilidad y una privacidad íntima y seguridad constantemente cercenada y violentada".

Sin embargo, el juez está dispuesto a seguir sufriendo esta situación y mantenerse al frente de la investigación porque "considero mi obligación legal no aceptar dicha recusación, a la luz de todos los acontecimientos tan insólitos como excepcionales, impropios de un país europeo y moderno, ya que ello supondría abrir peligrosamente la vía a que los investigados en causas complejas de corrupción eviten el derecho al juez predeterminado por ley".

Y en este sentido denuncia que los acusados han generado "mediante el uso de estos reprochables medios un clima irrespirable que conduzca al agotamiento físico y psíquico de los investigadoresclima irrespirable que conduzca al agotamiento físico y psíquico de los investigadores, o incluso si se quiere, a la comisión de errores que ninguna relación guardan con el interés directo o indirecto en el pleito, ni con la enemistad manifiesta, ni con la pérdida de imparcialidad o apariencia de la misma".

Cuatro años investigando

En este escrito, que va dirigido a los magistrados de la Audiencia, Penalva hace un detallado resumen de lo que ha supuesto una investigación que se ha prolongado durante cuatro años, en el que hay un centenar de imputados, la mayoría policías locales, y que ha terminado con el ingreso en prisión del empresario más poderoso del negocio del ocio, como es Bartolomé Cursach. Una investigación que, según resalta muchas veces, ha sufrido graves episodios violentos padecidos por los testigos, sin olvidar las ofertas económicas que han recibido para acusar al juez y al fiscal de graves delitos, como por ejemplo el de crear pruebas falsas para perjudicar a determinados investigados.

"Alcanzar una determinada convicción después de cuatro años de investigación, estando en todas y cada una de las declaraciones, y percibiendo de manera directa el estado anímico en el que se encuentran los testigos, no supone una pérdida de imparcialidad que inhabilite para la terminación de una investigación, que al final y al cabo deberá valorar otro juez u otro tribunal distinto", señala.

Pocas veces un juez se muestra tan duro con la actuación de determinados abogados en esta investigación, sobre todo los que pretenden apartarles del caso. Penalva les acusa abiertamente de haber presentado testigos falsos, pero sobre todo de defender los intereses de una organización criminal, pese a que oficialmente ninguno de ellos esté representando a Cursach, sino a otras personas investigadas.

Una vez más, pero con más detalle, Penalva describe el clima de tensión que han tenido que sufrir los funcionarios que están actuando en esta investigación y resalta que el grupo Cursach, al que califica de nuevo de "organización criminal", está utilizando "la coacción, la intimidación, la recompensa económica o la falsedad para que los testigos mientan y digan que fueron coaccionados".

El juez critica que, pese a las amenazas que están sufriendo varios testigos y el descrédito que padecen a través de ataques personales en las redes sociales, el Ministerio de Interior no les haya proporcionado la protección que merecen, de allí que se hayan utilizado otros métodos para animarles. Muestra de ello serían los mensajes vía WhatsApp que se cruzó con la madame que, según reitera el juez, responde a la intención de protegerla y animarla tras haber sido amenazada y agredida por unos desconocidos.

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