Han pasado ya dos semanas de su dimisión y hasta la fecha sólo ha asumido el "no haber calibrado el impacto" de su viaje a Punta Cana. Suena a que defiende que no hubo nada malo en sus vacaciones gratis.

Mantengo lo que dije: fue un viaje en el marco de una colaboración en un programa deportivo en el que participo desde hace más de diez años. Insisto en que creo que no hice nada mal hecho aceptando el viaje. Entiendo que haya quien lo vea de otra manera y que tuviera el impacto que tuvo, y ahí está mi error y lo asumo.

¿Asume que incumplió los códigos éticos de Govern

Insisto en que era un viaje personal. Si se incumplió o no el código ético, ya no me toca valorarlo a mí. Una vez presento mi dimisión dejo que sean otros quienes lo valoren.

La primera persona del Govern que salió a censurar su viaje fue su compañera de partido y consellera de Servicios Sociales, GovernFina Santiago

Hablé con Fina [Santiago] y entiendo que pudiera tener una visión distinta de la mía. Yo hice una reflexión personal intensa y decidí dar un paso a un lado.

¿Le molestó que la consellera Fina Santiago saliera a decir que no debería haber aceptado ese viaje?

No me molestó pero sí que le dije que hubiera preferido que eso me lo dijera antes a mí directamente. Tenemos suficiente confianza.

Cuando se anunció su dimisión todo el mundo asumió que Fina Santiago iba a ser vicepresidenta y que, como usted había pedido, alguien de dentro de la conselleria asumiría Turismo.

Sobre la mesa había diferentes opciones, se valoraron todas y el partido tomó una decisión que entendí que era tan buena como el resto. Tenía claro que si cualquiera de los dos coordinadores, David Abril o Bel Busquets, entraba en el Govern debía asumir la vicepresidencia. Cualquier otra fórmula pasaba porque Santiago fuera vicepresidenta.

Si apostó porque alguien de su conselleria asumiera Turismo, ¿también defendió que Santiago fuera vicepresidenta?

Sí, defendí que fuera Fina [Santiago], pero siempre que ninguno de los coordinadores diera el paso. Si uno de los dos, en este caso Busquets, optaba a entrar en el Govern, ya no había discusión.

Usted acababa de dimitir y se produjo una discusión tensa en la Ejecutiva del partido. ¿Vio resurgir los fantasmas de la división entre PSM e Iniciativa?

De ninguna manera. Ha habido una visión exagerada de esta situación. A la hora de sustituir a una persona es normal que haya discusión, que cada uno defienda sus propuestas y que incluso alguno pueda hacerlo con vehemencia. Pero más allá de eso no creo que hubiera nada más.

Entonces, ¿no veremos bloques en el próximo congreso?

Será un congreso de transición, en el que yo, como anuncié, no me presentaré y que debe buscarse un relevo. Seguro que será abierto y que se llegará a un consenso.

¿Debería seguir Bel Busquets como coordinadora de Més después del congreso de febrero?

Hay dos modelos. Uno en el que el máximo cargo del partido no está en el Govern y otro en el que coincide en la misma persona. Ambos tienen pros y contras, pero yo que he vivido los dos modelos creo que es bueno que el máximo cargo esté en el Govern.

¿Ve a Busquets candidata?

En Més hay muchas personas muy preparadas para ser candidato o candidatas. De momento, nadie ha dado ningún paso.

Si el viaje a Punta Cana no hubiera venido precedido del caso Contratos y de las imputaciones de sus colaboradores en Turismo, ¿no habría dimitido?

Lo que no quería de ninguna manera era quedar en una posición tocado y débil y ser un blanco fácil para la oposición, especialmente el PP. Estoy convencido que lo de Pere Muñoz y Pilar Carbonell quedará en nada. Pero la acumulación de todo eso, evidentemente ha pesado. Desde antes de marzo, cuando sale el caso contratos, hasta ahora ha habido mucho desgaste y mucha erosión.

¿Cree que Podemos pidiendo desde hace un año su dimisión ha contribuido a esa erosión?

Podemos cada vez que pedía mi dimisión sin haber hablado antes conmigo ayudaba al PP. No han actuado correctamente.

¿Podemos empañó el trabajo hecho con la ley de alquiler turístico, que usted acabó llamando 'frankenstein'?

Fuimos aceptando las cosas que nos propuso Podemos con sentido, pero otras no tenían ni pies ni cabeza. Quisieron forzar la ley y prefirieron mantener el texto de Delgado. Fue un error gravísimo. Al final, pudimos arreglar la ley. Pero ese ruido nos perjudicó.

Tras su salida, PSIB y Més vivieron dos días de tensión por su relevo y la elección de Busquets.

Cuando Més trasladó su decisión, no había nada que discutir. Así funcionan los pactos. Nos hubiéramos podido ahorra esos dos días sin ningún sentido. Ha habido otras crisis y nosotros hemos sido más respetuosos. Cuando salió la presidenta del Parlament de Podemos, cuando se imputó al portavoz del PSIB o con el nombramiento de la pareja de la consellera de Salud en el IB-Salut.

¿Se ha sentido injustamente tratado en sus dos años y medio por GOB o Terraferida?

La crítica de ciertos colectivos la puedo aceptar, pero cuando se ha salido de toda lógica, se ha mirado lo personal o ha habido un encarnizamiento, me ha parecido que se traspasaban los límites. Pero no quiero buscar culpables. Sí que he notado a faltar que se valoraran los pasos en positivo.

¿Quién más fácil se lo han puesto han sido los hoteleros?

Tienen un recurso presentado contra el impuesto turístico. Hemos sido escrupulosos con ellos pero, ya dijimos que hablaríamos con todos los colectivos.

Se le vio más afectado con el caso Contratos o con la salida de Carbonell que ahora con su dimisión. ¿Se ha sentido aliviado?

A Pilar [Carbonell] y a Pere [Muñoz] les conocía de hace años, y te sabe mal tener que pactar su dimisión. En mi caso, como soy yo mismo, me cuesta menos. Pero mi idea era seguir hasta final de legislatura y irme de otra manera.

Ahora debe decidir si sigue como diputado. Antes decía que no quería ser un blanco fácil. ¿Le han dicho algo desde Més?

No ha habido más que unas primeras conversaciones. He de analizar si acabo o no la legislatura, pero que me critiquen desde la oposición ya no me preocupa.

Si sigue y le imputan por el caso Contratos, ¿lo dejaría?

No tengo ningún miedo de eso. Si pasa, haré lo que dice el código ético y pondré el cargo a disposición de Més. Hay otros diputados imputados en el Parlament.