Con la llegada de las fiestas navideñas aumenta el consumo de mariscos y frutos secos, alimentos saludables de por sí, pero con un inconveniente: sus proteínas son muy similares a los de los ácaros y diversos pólenes y esto provoca que los organismos de las personas alérgicas a estos últimos agentes se confundan y reaccionen con urticaria y ronchas por el cuerpo al consumo de estos alimentos típicamente navideños.

Daniel Pujadas, alergólogo del hospital Quirónsalud Palmaplanas, explica que "las alergias respiratorias a ácaros, plumas y pólenes pueden tener una reactividad cruzada con algunos alimentos". Así, los alérgicos a los ácaros, el principal causante de las alergias en esta comunidad autónoma, pueden reaccionar negativamente durante la ingesta de crustáceos y gambas habitual en estas fechas festivas.

"Las proteínas del músculo del ácaro y de los crustáceos son estructuralmente muy parecidas y confunden al cuerpo de los alérgicos a los ácaros y así, si al verse expuestas sus vías respiratorias a este agente reaccionan con cuadros de estornudos, rinitis y asma, en algunos casos el consumo de estos alimentos les provoca urticaria y ronchas por el cuerpo", señala Pujadas.

Este alergólogo matiza que no todos los alérgicos a los ácaros reaccionan de esta manera al consumir crustáceos, que esta reactividad cruzada afecta a entre un diez y un quince por ciento de los alérgicos a este agente. Hecha esta matización, el especialista desaconseja a las personas con esta sensibilidad acceder a una cocina donde se esté cociendo marisco ya que el vapor de la cocción también puede afectarles.

De las misma manera que con los mariscos ocurre con los frutos secos, aunque en este caso con las personas alérgicas a los pólenes. "En el polen de las gramíneas hay muchas proteínas que también son muy abundantes en la mayoría de los alimentos de origen vegetal, por lo que también aquí se producen casos de reactividad cruzada en alrededor de dos de cada diez alérgicos a pólenes", añade el doctor Pujadas.

Por todo ello, desde el centro de patología alérgica del hospital Quirónsalud Palmaplanas aconsejan que si al ingerir un alimento se siente prurito o picor al comerlo, hinchazón de la lengua o los labios o urticaria, se acuda al servicio de urgencias de un centro médico para recibir la medicación precisa. Y en casos de reacciones graves como un shock anafiláctico, recuerdan que es necesario llevar siempre encima un autoinyector de adrenalina para salir del brete.