Vuelven a sonar tambores de cambio en la cárcel de Palma. En el centro penitenciario dan por hecho que su directora, María Jesús de Dios, será relevada en los próximos días, sin llegar a cumplir un año en el cargo ni lograr el objetivo de apaciguar la creciente tensión instalada en el penal en los últimos tiempos. Los motivos de su adiós, todavía oficioso, no están claros. Hay quien lo atribuye al enrarecido ambiente que se respira intramuros, con denuncias -públicas y judiciales- de presos, trabajadores y algún abogado por el anómalo funcionamiento de la cárcel. Otros lo achacan a su interinidad, enmarcándolo en un pacto no escrito con sus jefes de que su paso por Palma sería más bien breve. Todas las fuentes consultadas descartan que el regreso de Bartolomé Cursach, cuyo traslado a la península le valió una denuncia y acaba de ser anulado por la Audiencia Provincial, tenga algo que ver. En cualquier caso, su despacho acogerá al cuarto inquilino en apenas 14 meses.

El puesto parece maldito desde la marcha de Gustavo Villas en octubre de 2016. Le sustituyó Andrea Romero, la primera mujer al frente de la cárcel de Palma. Apenas duró tres meses, parte de los cuales estuvo de bajaparte de los cuales estuvo de baja. Aplicó varias medidas para garantizar el bienestar de los presos, como atenuar el régimen de aislamiento, pero se topó con una fuerte oposición de los funcionarios. Durante algo más de un mes, ocupó el puesto de forma interina el administrador, Gonzalo Armesto.

Instituciones Penitenciarias apostó entonces por María Jesús de Dios, con una larga trayectoria de 31 años en numerosos presidios, y que gozaba de la confianza plena de la cúpula de Interior.

Venía a poner orden después de que la cárcel de Palma copara titulares en los medios por denuncias de malos tratos a reclusos, agresiones a funcionarios y quejas por el deficiente funcionamiento del centro.

La situación no ha mejorado con ella. "No la echaremos de menos, su gestión ha sido nefasta", valora un trabajador de la cárcel. El conflicto con los sindicatos no solo se ha mantenido, sino que ha ido a más. Los representantes de los empleados han exigido su dimisión por el aumento de agresiones -60 en lo que va de año, según sus propios datos- y la concentración de presos considerados peligrosos en la cárcel de Palma. "Teníamos claro que estaba aquí de manera temporal", asegura una fuente del centro penitenciario, que destaca que De Dios tiene su plaza en Madrid.

Traslado de Cursach

La todavía directora, que oficialmente está de vacaciones, se ha visto envuelta de refilón en el caso Cursach. El traslado del magnate a una prisión de la península, acordado por Instituciones Penitenciarias después de que testigos de la causa denunciaran amenazas del entorno del empresario, acabó en los tribunales. El abogado Vicente Campaner denunció indefensión por no conocer los motivos del traslado y aseguró que la dirección del centro le había impedido ver a sus clientes. De Dios contraatacó con una denuncia y una queja ante el Colegio de Abogados por las acusaciones de Campaner, que aseguraba eran falsas. La Audiencia Provincial anuló el traslado de Cursach por falta de fundamento, y este regresó hace unos días.

En la cárcel de Palma es ya vox populi la marcha de la actual directora e incluso se da por segura la llegada del subdirector de seguridad de la cárcel madrileña de Alcalá Meco para ocupar su puesto. Incluso algunas fuentes sostienen que se espera su llegada para la semana que viene.