El juez Penalva se ha visto obligado a apartarse de la investigación del caso Cursach. Y todo ello como consecuencia de la decisión de Tolo Sbert de recusarle, tal como anunció el pasado lunes cuando fue citado a declarar. Su abogado ha presentado el escrito en el que detalla las razones por las que entiende que Penalva no está legitimado para continuar dirigiendo esta investigación. Cree el abogado defensor que el juez ha perdido la imparcialidad y sospecha también que ha manipulado testigos. Por ley, la presentación de una recusación obliga automáticamente al juez a apartarse momentáneamente del caso. Si hubiera algo urgente por practicar lo tendría que hacer el magistrado que le sustituye, que es Miguel Florit. Ayer mismo, por ejemplo, estaba previsto tomar declaración a unos testigos, pero tuvo que aplazarse.

El juez tiene ahora un plazo de tres días para comunicar al resto de imputados este incidente procesal, por si quieren sumarse o no a esta recusación. Después tendrá que contestar por escrito a todas las alegaciones que le plantea el abogado de Sbert. Penalva defiende su trabajo a capa y espada y se niega a apartarse del caso. Niega que haya utilizado a testigos falsos ni que haya perdido la objetividad.

Sin embargo, no será Penalva quien decida si debe seguir o no dirigiendo esta investigación. Las propuestas de recusación las tramita un magistrado de las secciones penales de la Audiencia, que actuará como instructor. La ley le otorga un plazo de diez días para solicitar las pruebas que considere necesario para poder resolver este incidente procesal. Tendrá que analizar en profundidad tanto el escrito del abogado de Sbert, como incluso de otros letrados, y el texto que elabore el juez Penalva para salir en defensa de su trabajo. Después le corresponde tomar una decisión y tendrá que hacerlo junto a sus dos compañeros con los que compone el tribunal. Aunque no son muchas las recusaciones que se plantean contra un juez de instrucción, estos incidentes se suelen resolver en un tiempo relativamente rápido. Aun así, se prevé que al menos durante un mes la investigación quede prácticamente paralizada. Sin embargo, estos plazos en nada afectan a los recursos que se han planteado contra decisiones del juez Penalva, que han sido planteadas ante la Audiencia de Palma, que pueden resolverse en cualquier momento.

Por otra parte, ni el juez Penalva ni uno de los testigos protegidos del caso Cursach se presentaron ayer en el acto de conciliación que se convocó en el juzgado de primera instancia, ante una futura querella por injurias que tiene previsto presentar contra ambos un abogado relacionado con el empresario.