La dimisión de Pilar Carbonell a raíz de su imputación en la macrocausa que se sigue contra Bartolomé Cursach provocó ayer un seísmo político cuyo epicentro fue Biel Barceló. Podemos, socio del Govern, y toda la oposición coincidieron en pedir la dimisión del vicepresidente y consejero de Turismo.

Barceló, que ya estuvo contra las cuerdas por el caso de los contratos de Més, fue el principal señalado después de que Carbonell, su número 2 en Turismo, fuera llamada a declarar por el juez Penalva en calidad de imputada en el caso Cursach.

"Biel Barceló daña la imagen del Govern, pedimos su dimisión porque su gestión está bajo sospecha", reclamó el portavoz de Podemos en el Parlament balear, Alberto Jarabo. El líder morado declaró que la política turística del vicepresidente está en "entredicho" y, "de manera especial", el nombramiento de altos cargos su departamento tras la dimisión hace una semanas de Pere Muñoz al frente de la ATB por el caso Contratos y ayer de Carbonell por el caso Cursach.

"Se trata de una suma de factores que conducen a que Barceló deben hacer un 'pensament'", sentenció Jarabo.

También se unió a las peticiones de dimisión del vicepresidente del Govern la portavoz parlamentaria del PP, Marga Prohens. "Mañana mismo, en el Consell de Govern [por hoy], debería cesar a Biel Barceló", reclamó Prohens en alusión a Armengol, que a su juicio será "cómplice" de la presunta corrupción que afecta a altos cargos designados por Més si no prescinde de su vicepresidente.

"Hablamos de dos casos de presunta corrupción del Govern Armengol", por lo que la presidenta no se puede "poner de perfil" y tiene que adoptar medidas contundentes. "Si no, nos tendremos que preguntar a quién está encubriendo y por qué", agregó.

"La responsabilidad política pasa por la dimisión de Biel Barceló", recalcó Prohens, que destacó que al partido del vicepresidente "le han bastado dos años para tener a la mitad de sus cargos investigados, imputados o bajo sospecha".

El portavoz y diputado de Ciudadanos en el Parlament, Xavier Pericay, se expresó en la misma línea. "Barceló debe asumir sus responsabilidades y dimitir inmediatamente", pidió el líder de la formación naranja. "No basta con hacer dimitir a aquellos que están por debajo de él; Barceló es el máximo responsable de la conselleria afectada", declaró Pericay.

Asombro en el sector turístico

El mundo del turismo reaccionó con asombro a la dimisión de Carbonell, cuya gestión a largo de estos dos años recibió la aprobación de todos los profesionales consultados. Antonio Sánchez, presidente de la Confederación de Patronales Turísticas de Balears, lamentó la situación de Carbonell, que formaba parte de su asociación antes de dar el paso a la política. "Lo siento mucho. Es una gran conocedora del mundo turístico. Valorar su labor es difícil, depende del conjunto. Habrá habido luces y sombras, pero por encima de todo destaco su profesionalidad", indicó Sánchez.

Este empresario criticó que, en este y otros casos, no se respete la presunción de inocencia. "Se ha perdido el derecho a defenderse en un tribunal. A la gente le juzga la justicia, pero más allá de eso hay fuerzas políticas que han puesto el listón demasiado alto. Pilar no ha sido condenada, es una situación exagerada", dijo González.

Alfonso Robledo, presidente de la asociación de Restauración de Mallorca, calificó de "positiva" la gestión de la exnúmero 2 de Turismo. "Ha hecho una buena labor, ha estado muy metida en la gastronomía. Pero por una cuestión de principios no nos metemos en decisiones políticas y judiciales", señaló Robledo, quien pidió que el sustituto de Carbonell, Antoni Sansó, "reactive la 'marca Gold', una iniciativa para promocionar la restauración que lleva tiempo parada".

También Antonio Abrines, presidente de la patronal de agencias de viajes, lamentó la marcha de Carbonell. "Teníamos muy buena sintonía. Han sido dos años positivos, siempre fue receptiva con nuestra problemática, es una lástima", indicó.

"A Sansó no le conozco, espero que no reunamos pronto y volver a la normalidad cuando antes", subrayó Abrines.