La Policía lo tiene claro. Pilar Carbonell, directora general de Turismo del Govern, formaría parte del grupo de políticos que estarían manejados por el empresario Bartolomé Cursach, en estos momentos en prisión acusado de graves delitos. La número 2 de la conselleria de Turismo aparece nombrada en hasta 18 conversaciones telefónicas intervenidas por la Policía, en las que se refleja que presuntamente aceleró la tramitación de un expediente sobre el que Cursach tenía especial interés en solucionar, ya que se trataba de una documentación necesaria para su local del Megapark, en la Playa de Palma. Una tramitación que se debía resolver cuanto antes, para evitar que el negocio se viera afectado por un cambio normativo que el Govern estaba a punto de aprobar y que podría perjudicar los intereses del empresario.

El Grupo de Blanqueo de la Policía ha entregado un contundente informe al juez Manuel Penalva y en el que literalmente se dice que Carbonell prestaba un "trato de favor exclusivo y preferente" al Grupo Cursach, a través de la aceleración de plazos o la presentación de documentos que se tramitaban en la propia conselleria de Turismo. Para los investigadores, Carbonell formaría parte del grupo de políticos, con cargos de responsabilidad, que utilizaría el empresario para conseguir la aprobación de proyectos de obra, reformas o licencias.

La Policía analiza el contenido y contexto de las 18 conversaciones intervenidas y tiene muy claro que la directora general de Turismo "habría contribuido de manera concertada a beneficiar los intereses del citado grupo empresarial (Cursach), trazando una línea de actuación de acuerdo con las directrices de los máximos responsables del mismo, incluyendo la utilización de su cargo en la conselleria de Turismoutilización de su cargo en la conselleria de Turismo, como instrumento para beneficiar al citado grupo", afirma el informe oficial.

No es Cursach la persona que entra en contacto con Pilar Carbonell, sino su director general Tolo Sbert -también en prisión-, pero el empresario está al corriente de todas las gestiones. La Policía afirma que Cursach tiene bajo su control a la alto cargo del Govern y destaca la estrecha relación "de colaboración y servidumbre"estrecha relación "de colaboración y servidumbre" entre Carbonell y el grupo empresarial.

En las conversaciones telefónicas que recoge el informe se demuestra con claridad que Carbonell se interesó por resolver con la máxima celeridad posible un expediente resolver con la máxima celeridad posible un expediente que se tramitaba en la conselleria de Turismo. Un trámite que se realizó durante el pasado mes de diciembre y que existía el interés de resolverlo cuanto antes para evitar que el local del Arenal se viera afectado por la modificación que iba a aprobar el Govern.

Es Sbert quien llamaba personalmente por teléfono a Carbonell y en una ocasión que ella no contestó, no tardó ni tres minutos en devolverle la llamada.

El informe policial no habla en ningún momento de que la directora general recibiera una contraprestación económica por facilitar estas gestiones a favor de Cursach. Lo único que se ha descubierto es que Sbert la invitó para que acudiera gratuitamente al concierto que se organizó en el hotel de Calvià, en el que intervino el músico David Guetta. El alto ejecutivo de Cursach le ofrece a la directora general del Govern que aparque su vehículo particular en el párking privado del propio hotel, para que no tenga problemas de estacionamiento.

Buenas relaciones

La Policía destaca también que las influencias que ha tenido Cursach sobre la conselleria de Turismo, administración clave en su negocio, han sido eternas. Y recuerda que José María Rodríguez, en la época que fue conseller de Interior, utilizó su influencia en Turismo para aprobar lo que se conoce como "decreto Cursach". Se trata de una norma que permitía unos niveles de ruido mucho más alto a los establecimientos del grupo. Este decreto fue anulado por los tribunales.

En el informe se señala también que las relaciones entre Pilar Carbonell y el grupo Cursach son antiguas. Se remontan a la época en la que la hoy directora general trabajaba en el departamento de promoción turística del Ayuntamiento de Calvià y más tarde cuando presidía la Asociación de bares y restaurantes.

Pero no solo el grupo Cursach domina a la directora general, sino que hace lo propio con el funcionario Bernardino Seguí, imputado en la causa, que ocupaba el cargo de jefe de arquitectos de la conselleria de Turismo. Era un funcionario clave, ya que debía informar a favor, como así hizo, en el expediente que estaba tramitando Cursach que precisaba para el Megapark. De hecho, en más de una conversación entre Seguí y Sbert, el primero le aconseja que contacte con Carbonell para acelerar la tramitación del expediente. Una llamada que tiene todo su efecto, puesto que la directora general realiza la gestión que le reclaman. "No te preocupes que yo me pongo en marcha", le señala por teléfono a Sbert.