Bartolomé Cursach, el magnate del negocio de la noche, seguirá privado de libertad. El juez Manuel Penalva, que ordenó su ingreso en prisión, ha rechazado el escrito que presentó su abogado, por el que reclamaba la puesta en libertad.

Esta decisión fue comunicada poco después de que se conociera que el tribunal de la Audiencia de Palma ha aceptado un recurso planteado por uno de los abogados del empresario, Vicente Campaner, que denunció que se había cometido una ilegalidad al trasladar a Cursach a otra cárcel de la península, una decisión que adoptó la dirección del centro penitenciario de Palma sin la intervención del juzgado.

La Audiencia ha declarado nula la orden de cambio de centro, por lo que el empresario será de nuevo trasladado al centro penitenciario de Palma. Cursach se encuentra en estos momentos en la prisión de Alicante, a la espera de que lo lleven a Mallorca, tal como solicitaban sus abogados y sus familiares.

Al margen de ello, Cursach ha visto cómo, por segunda vez, el juez Penalva ha denegado su intento de salir en libertad. Este escrito para salir de la cárcel lo presentó su abogado días después de que el magistrado determinara que el ejecutivo del Grupo Cursach, Bartolomé Sbert, podía salir de la cárcel si abonaba una fianza de medio millón de euros. Sin embargo, el investigado ha decidido no pagar este dinero y seguirá en prisión.

El empresario, entre otras razones, alegó que desde que está preso su estado de salud ha empeorado. Por ello, su abogado planteó varias posibilidades para salir en libertad: Estaba dispuesto a pagar una fianza económica, llevar encima un elemento de localización e, incluso, presentarse diariamente en el juzgado, si el juez así lo ordenaba.

El magistrado, sin embargo, no se ha mostrado convencido con ni uno solo de los argumentos que alegaba la defensa para pedir la libertad del empresario.

Penalva, en un auto de más de 80 folios, considera que, pese a que la prisión se acordó hace seis meses, la situación en estos momentos no ha variado. Es decir, el juez entiende que Cursach sigue teniendo medios para huir y eludir la acción de la justicia, pero sobre todo se han producido numerosos episodios de amenazas a testigos que han declarado en contra del dueño del Grupo Cursach.

En el auto va enumerando los incidentes con testigos, e incluso con el personal que está participando en la investigación, desde el momento en el que se decidió el ingreso en prisión del empresario. Sobre la situación del complicado estado de salud que sufre en estos momentos el investigado, el juez entiende que en prisión existen medios médicos suficientes para tratar cualquier enfermedad que pueda sufrir el recluso. La fiscalía también se había opuesto a la libertad provisional de Cursach.