"Cuando yo dejé Sa Nostra, si los directivos hubiesen llevado a cabo las cosas tal como yo las había orientado o las había propuesto, no hubiera acabado así. Y esto me da una cierta tristeza y una cierta vergüenza". Miquel Capellà, abogado y presidente de Sa Nostra entre 1999 y 2002, carga contra los antiguos directivos de la caja de ahorros de Balears en un reportaje emitido ayer por la noche en IB3 Televisió en el programa Zoom de los servicios informativos sobre la caída de Sa Nostra.

"Yo no me siento responsable de cómo ha acabado, lo que me siento es muy triste de cómo ha acabado", asegura Capellà en referencia a la debacle de la entidad financiera.

La Audiencia Nacional investiga a 21 miembros de la antigua directiva de Sa Nostra, tras la querella de la Fiscalía Anticorrupción. Se les imputa delitos económicos por presuntamente haber causado un agujero de cien millones de euros a Sa Nostra por la falta de control a la hora de invertir recursos en proyectos inmobiliarios entre 2005 y 2010, a través de la empresa filial Inver Nostra.

Entre las zonas afectadas, se encuentra Son Bordoy, una finca agrícola de es Molinar, en Palma, cuya urbanización está en proyecto, pese a la oposición vecinal. Esta finca, de 112.000 metros cuadrados en la que está previsto que se construyan 750 viviendas tanto protegidas como de precio libre, fue recalificada para urbanizarla, según destaca el documental de IB3. Son Bordoy y otras fincas cercanas como Son Morlà y Son Morlanet, en Palma, figuran en la denuncia de la Fiscalía Anticorrupción que ahora investiga la Audiencia Nacional en el denominado caso de Sa Nostra.

Precisamente, la Audiencia Nacional ha impuesto a los exdirectivos investigados una fianza de responsabilidad civil de 135 millones de eurosfianza de responsabilidad civil de 135 millones de euros, la caución más alta de la historia de Balears. El trasfondo del caso son las elevadísimas inversiones que la entidad financiera realizó en negocios inmobiliarios alrededor del mundo sin ninguna garantía de poder recuperar luego estas ingentes cantidades de dinero.

Guerra con Batle

Miquel Capellà, que se alejó del mundo financiero antes de que estallara el boom inmobiliario y que dejó Sa Nostra tras la guerra soterrada que ganó el exdirector general de la institución Pere Batle, reconoce que las cajas se equivocaron: "Hay un momento en el que hay una guerra entre la banca y las cajas de ahorros, incluida Sa Nostra. Las cajas se equivocaron, entre ellas Sa Nostra, cuando pensaron que participar en grandes proyectos inmobiliarios podía ser una forma de recaudar recursos, ya que tenían la ventaja del conocimiento del cliente".

"Recuerdo que era un motivo de orgullo poder trabajar en Sa Nostra, la gente quería Sa Nostra. Y me parecía imposible, de hecho una de las primeras cosas que no hice cuando entré fue intentar investigar o saber si había movimientos dudosos dentro porque me parecía imposible que una entidad que yo consideraba sagrada [se emociona y guardia silencio], y que mucha otra gente también lo consideraba como yo, se pudiese desbaratar haciendo maniobras como parece ser, según las últimas noticias de la prensa, sí que ha habido", asegura el expresidente emocionado y visiblemente afectado, a punto de derrumbarse ante la cámara de televisión.

"El consejo de administración ni tenía conocimiento del funcionamiento de estas instituciones y entidades ni tampoco tenían una preocupación suficiente en el momento de tomar las decisiones que tomaban", detalla Capellà en referencia a la relación entre la caja de ahorros y las administraciones como el Consell, el Govern o los ayuntamientos.

"Además, Sa Nostra tenía un ámbito de influencia dentro de la sociedad. Una parte de los miembros del consejo de administración venían de estas entidades o instituciones. Tenían una influencia que podían utilizar en beneficio suyo y en beneficio de sus clientes. Todo lo que fuera en beneficio de sus clientes me parecía casi casi obligado, pero lo que era en beneficio suyo y de cuatro directivos no me parecía honrado", recalca Capellà.

Varias operaciones inmobiliarias fallidas en las que se vio implicada Sa Nostra han sido investigadas por la Justicia. El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz indaga ahora el presunto desvío de cien millones de euros en varias operaciones inmobiliarias de la entidad. Algunos exdirectivos ya han declarado, entre ellos Pau Dols. En cambio, a diferencia de otras comunidades autónomas, Balears no ha sometido la caída desastrosa de Sa Nostra a una comisión parlamentaria. Solo Ciudadanos y Podemos pidieron crear una comisión de investigación en el Parlament, pero los votos del PSIB y el PP la echaron atrás, según destaca el reportaje de IB3, que deja en entredicho el papel de los políticos y de los antiguos directivos de Sa Nostra en la debacle de la principal institución financiera de Balears.