Finalmente va a tener que ser un juez el que determine la indemnización que va a abonar Air Berlin por el despido de su plantilla de Palma, después de que ayer se evidenciara que la aerolínea no piensa entregar ni un euro más del mínimo exigido por la ley, a diferencia de lo sucedido con sus trabajadores en Alemania. La total ausencia de avances en la reunión mantenida entre los representantes de la empresa y los de los empleados provocó que las negociaciones se dieran definitivamente por cerradas ayer y sin pacto posible, por lo que desde los sindicatos se ha anunciado ya que el expediente de regulación de empleo (ERE) será recurrido ante los Tribunales.

El enfado del secretario general de USO-Sector Aéreo en las islas, Rafael Bohórquez, era tan evidente como su desánimo respecto a la posibilidad de que los trabajadores isleños de la compañía aérea pueda recibir un trato similar al obtenido por la plantilla germana.

La empresa no mejora la oferta

La empresa se mantuvo ayer en su propuesta inicial de abonar a los 41 asalariados de Palma, a los que se suman un comercial de Barcelona y otro de Madrid, la indemnización mínima fijada para los despidos por causas objetivas, es decir, 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades. Según Bohórquez, los representantes de Air Berlin no movieron ni un ápice su postura inicial porque en su opinión han sido enviados a la isla sin el menor margen para negociar y sin posibilidad de atender a ni una sola de las reivindicaciones de los empleados, como es apostar por su recolocación y por asumir mayores compensaciones en caso de despido.

Hay que tener en cuenta que la mayoría de la plantilla alemana ha sido recolocada en Lufthansa (que ha comprado Air Berlin) y en las aerolíneas vinculadas a ésta, a lo que se suman compensaciones económicas para los despedidos superiores a las que se ofrecen en España.

Según el representante de USO, la postura menos dolorosa hubiera sido el compromiso de recolocar al mayor número posible de los trabajadores de Palma en la aerolínea Niki (especializada en vuelos vacacionales y que ha pasado a manos de Lufthansa), mientras que para los despedidos se solicitaba una compensación económica de 33 días de salario por año trabajado con un máximo de 24 mensualidades, más un plus de 400 euros por año y sin límite, una indemnización que había sido aceptada por la compañía aérea en un ERE anterior.

Rafael Bohórquez apuntó que el hecho de recurrir a los Tribunales para que sea un juez el que determine la indemnización definitiva no implica grandes esperanzas de que se pueda mejorar la oferta mínima mantenida por la aerolínea, pero puso de relieve que "no tenemos nada que perder", a la vista de que Air Berlín no se ha movido ni un ápice de su propuesta inicial.