Las ventas de automóviles se dispararon en Balears un 25% durante 2015 (ultimo año del plan PIVE), reflejo de la fuerte recuperación económica y del empleo que se puso e marcha por esas fechas, para seguir en 2016 con un alza mucho más moderada pero en absoluto insignificante del 4,8%. Este año este ritmo se ha acelerado ligeramente, hasta ponerse durante los nueve primeros meses en un 5%. Y la estimación de la patronal es que todavía no se ha tocado techo, aunque ya con alzas muchos más débiles.

En concreto, el presidente de la asociación balear de distribuidores de automóviles (Aseda), Andrés Vidal, pronostica que en 2018 esa subida en las ventas se moverá en torno a un 2% Eso supondrá ponerse ya cerca del nivel normal de compras y de tocar techo. Pero eso por lo que respecta a la demanda de vehículos nuevos.

Porque Vidal subraya que sigue existiendo un apreciable margen de crecimiento en las ventas de coches usados, dado que la demanda de este tipo de producto sigue siendo en España muy inferior a la que se da en los países europeos o en Estados Unidos.

Nivel de precios

Por lo que respecta a la venta de coches nuevos, el mayor impulso se centra en los vehículos con un precio que se mueve entre los 10.000 y los 14.000 euros, es decir, de gama baja y media. Hay que tener en cuenta que las distancias en las islas son cortas, lo que favorece el uso de coches de baja cilindrada.

Andrés Vidal reconoce que la crisis ha favorecido un cambio en la demanda, con una apuesta por los vehículos más económicos, a lo que se suma un debilitamiento de las adquisiciones ´por capricho´ en favor de aquellas que se limitan a cubrir unas necesidades reales del usuario.